Hace dos años visité la provincia de Misiones, que me pareció un lugar fascinante, sin mencionar que en algún rincón de su tierra rojísima se mezclan las cenizas de mi abuelo.
Un paisaje que combina el verde más verde imaginable con un relieve suavemente ondulado, un aire perfumado de yerba, te y citronella. Un inesperado mundo de polacos, rusos y alemanes, que se recorre a son de polcas y chamamé.
Un sitio totalmente ajeno a ésta pampa. Y el sitio que le dió la primera piña en la nariz al proyecto hegemónico del Nuevo Montonerato. Una paliza, dicen.
5 comentarios:
Ahora sólo queda esperar el discurso de Alberto Fernández elogiando al Néstor por haberse mantenido neutral a las cuestiones internas de una provincia.
No hay una sin dos
No te alegres Rubén. Segú Verbistky, igual Kirchner ganaría en Misiones con el 86% de los votos.
Francisco P.
Sip... se ve que la gente que "ama" al Néstor no quiere igual a su delegado.
Lo de ayer en ese sentido es interesante porque pone en crisis las estadísticas oficiales que dicen que todo el país apoya el modelo K.
(comentario anónimo removido) si sos kirchnerista declarado/a este no es el lugarpara vos. Lo dice claramente el logo de la barra lateral, con el pingüino tachado.
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