En los últimos días la prensa se ha fijado en la creciente tensión entre Al Fatah y Hamas, señalando la inminente posibilidad de una guerra civil en El Líbano. No ha tenido en absoluto el mismo eco el hecho que en el este del departamento de Santa Cruz, desde el viernes se vienen peleando militantes del MAS con grupos autonomistas, en lo que podría ser un escarceo de una confrontación mayor.
La situación empezó con los bloqueos de rutas que impusieron en San Julián colonos partidarios de Evo, que muy democraticamente apedrearon y quemaron autos y ómnibus para evitar que la gente llegara al cabildo cruceño. Sin números oficiales, la escaramuza subsiguiente habría dejado dos muertos y noventa heridos, lo que motivó que Evo mandara al ejército.
A pesar de la presencia militar, llegó la reacción y desde el sábado sigue la violencia.
Pero es acá nomás, es Bolivia, y parece que no le importa a nadie.
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