Hace casi un siglo que el buque de la foto -el acorazado Rivadavia- se incorporó a la entonces Marina de Guerra. Junto con su gemelo, el Moreno, habían sido construidos en Nueva York, desplazaban 27.000 toneladas y a toda avante daban dos nudos más que sus contemporáneos de la US Navy. Con sus doce cañones de doce pulgadas fueron los únicos battleships que enarbolaron la bandera argentina y son, en términos navales, el símbolo del país que no fuimos.
A los dos se les puso la quilla en 1910, los recibió el presidente Victorino de la Plaza. Durante el gobierno de Alvear se los envió a actualizar para asimilar las enseñanzas de la primera guerra, pero apenas regresados, Yrigoyen puso en reserva sus casi 200 metros de eslora y 30 de manga.
Fueron el non plus ultra de una armada que creció mientras se debatía si el país debía concentrarse en el litoral fluvial o si debía aspirar a ser una potencia atlántica.
Paso a paso, las capacidades que se construyeron desde la original Escuadra de Sarmiento, hasta componer lo que se podía describir en los años ochenta por ser el modelo de una Potencia Naval Mediana, se fueron perdiendo con la anuencia de los políticos, la inepcia de los mandos, la resignación cómplice de los propios marinos (e insisto en esto, la caiga mal a quien le caiga) y el absoluto desconocimiento de la gente, a la que con la TV y le basta y sobra.
Hace un par de días el ministerio de defensa (así, con minúscula) confirmó que desistió de traer un vetusto buque de asalto, que regalaban los franceses. La excusa, es que tiene en su interior asbesto contaminante.
Hace años que la Armada no cuenta con medios adecuados para operaciones anfibias. Pero en 1880, cuando el país era la "semicolonia" de la que tantos se avergüenzan, el Transporte Villarino podía transportar 500 infantes equipados.
Es obvio. Para qué queremos buques, para qué queremos armada, si el país actual se imagina invadido y resistiendo a "fuerzas superiores en número, en preparación y en tecnología". Es difícil precisar cuál puede ser este enemigo, porque en el estado de abandono de las Fuerzas Armadas, salvo Bolivia, o la Guardia Suiza, puede ser casi cualquier país del mundo.
3 comentarios:
Para los que les interesa la historia, me permito hacer un comentario marginal para evitar posibles confusiones entre los acorazados argentinos de iguales nombres, pero de distinto origen y época.
Una de las consecuencias del Pacto fimado en 1902 entre Argentina y Chile, que puso fin a las fuertes tensiones militares que casi nos llevan a la guerra, fue la reducción de las respectivas fuerzas armadas.
En cumplimiento de ese acuerdo, la Armada argentina transfirió a la Armada japonesa en 1904 los primigenios acorazados Moreno y Rivadavia construidos en Italia y que no habían arribado aún a nuestro país. Estos barcos fueron incorporados a la flota oriental con los nombres de Nisshin y Kasuga y combatieron en la batalla de Tsushima en 1905 donde fue destruida la flota rusa.
Por su parte, y a raíz de que Brasil había adquirido tres acorazados tipo Dreadnought, la Argentina encarga en 1910 en EE.UU. la construcción de los nuevos acorazados Rivadavia y Moreno que se incorporaron a la flota en 1914 y 1915.
Fueron los buques Dreadnought más modernos, poderosos y completos de su tiempo ya que en su diseño se conjugaron elementos de los diseños de los dreadnougts ingleses, alemanes e italianos aprovechándose lo mejor de cada uno de ellos.
Ambos acorazados revistaron en la Armada hasta principios de los años 50, aunque ya no como buques de combate sino como almacenes e, incluso, cárceles.
YO (EL ENMASCARADO)
No es por sumarme al bajón, pero qué nos vamos a lamentar del poder naval perdido, si ni siquiera hoy se fabrican municiones para los fusiles en servicio en las FFAA.
Andrés A
Ya lo escribi,donde recalco la incapacidad de nuestras fuerzas,especialmente "el ejercito".-Si chile quisiera apoderarse de nuestra patagonia con darle 1/2 litro de "chupilca" a sus soldados en pocos días estan de este lado.-Un Gral argentino me dijo que allá no tienen alimentos y yo le dije,el Gral chileno les dira, del otro lado hay mucho comida vayan y se la sacan a los argentinos.-Creo que contra un chileno tres argentinos; aqui no conocen el puñal corvo de la infanteria chilena !y como lo usan!
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