5 de febrero de 2007

Índice virtual, país real

Dos meses atrás, alguien dijo que el Secretartio de Comercio Interior " va a pasar a la historia como el tipo que arruinó a varios sectores", y esto porque en realidad "No le importa el futuro: solamente quiere bajar el índice de precios".
Es posible que los aprietes y las amenazas estén comenzando a perder efecto, entonces convencido que desde su trono puede manejar la economía del país con un joystick, decidió directamente dibujar a su gusto el número de la inflación mensual. Y no es que antes no se lo hubiera acomodado, pero de la sutileza se pasó al dibujo con brocha gorda. Tanto que el primer anuncio -de un insólito 1.05%- hubo de ser retocado por la sencilla razón que nunca antes se había trabajado con dos decimales.
Toda la puesta en escena fue tan delirante, que en un país que por decreto ya no tiene Secretos de Estado, las oficinas donde se cocinan los números hoy a la tarde fue bloqueada por la policía y militantes K.
A esta altura uno se pregunta qué sentido tiene la farsa del INDEC, especialmente a la hora de pagar en el súper. Podrían decretar para su propia felicidad que la inflación anual es del 2%, que la realidad -igual que el país- seguiría haciendo la suya, totalmente ajena al mundo virtual del discurso oficial.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso que era matematica y no licenciada en estadistica es lo mismo que decia la chota Hebe...el ""albanil"" no era militante..

Louis Cyphre dijo...

Rubén, estos tipos hacen estas cosas sencillamente porque pueden. Debemos ser concientes de que toda esta locura, este desquicio colectivo, sólo es posible porque hay millones de argentinos que se la comen doblada y por un motivo u otro se sienten representados como nunca por esta gente.
En la zona de la sierra de Perú la gente suele decir, refiriéndose a los matrimonios serranos, “cuanto más te quiero más te aporreo”. Los argentinos tenemos un tipo de relación muy similar con los gobiernos, cuanto más desprecio demuestran por nuestra propiedad, nuestra libertad y nuestra inteligencia, más contentos estamos y más los apoyamos.