No pretendo hacer una exégesis de la obra de Ernst Schumacher. Pero sí elogiar a una empresa local de cable que desde hace un mes es mi proveedora de internet. Comparada con el monstruo de Telecom, es una empresita.
Gracias a la lluvia de ayer me quedé sin servicio, cosa de lo que me di cuenta a la una del mediodía. Llamé para pedir auxilio técnico y me fijaron un turno para el martes. Le expliqué a la operadora que me atendió que precisaba la conexión lo antes posible, en especial para mantener al día las entradas de Hispalibertas, explicándole un poco de que se trata el asunto. A las cinco de la tarde tenía a un técnico en mi casa, y voilà, estoy online.
Digo,¿ la "parábola de la atención al cliente", no será válida también para aplicarse al tamaño de los países?
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