Cuando la Miceli (personaje ya suficientemente farsesco con su sonrisa giocondina) salió expulsada del Palacio de Hacienda gracias a la bolsita con cambio chico que se dejó en el biorsi, apareció en escena un funcionario de tercera línea que fue ungido como nuevo ministro, confirmando que hoy por hoy el Ministerio está de adorno.
Desde la primera vez que vi una foto del tipo, me pareció digno de un programa under tipo Todo por dos pesos. Finalmente encontré la confirmación: diganme si no merece ser uno de los personajes de la bizarra Little Britain.
3 comentarios:
Qué querés que te diga, no lo conozco personalmente, pero para mí ese vago es gay.
jajaja
es un golpe abajo del cinturón
Me mata, me mata Peirano con esa trompita mientras anuncia el presupuesto.
Publicar un comentario