Viendo como pintan las cosas, y a la luz de algunas versiones que contradicen las "encuestas" oficiales van dos historias. La primera sucedió hace unos días en El Calafate y me la contó Roli, lector frecuente del blog.
Enterado de las propiedades de la Princesa KK en ese pueblo turístico, le dijo a un mozo que tenía interés en visitar "la casa de la futura presidenta".
La respuesta fue inesperada: "Lilita no tiene casa en Calafate". Después de lo cual se despacho sobre "esa gente" que le aseguró que mantienen un régimen feudal en Santa Cruz, igual al que los caudillos tradicionales mantuvieron en las provincias del norte. "Es increíble que en Buenos Aires no se den cuenta de lo autoritarios que son".
La segunda me ocurrió hoy a mi.
Visita periódica al supermercado. Compra moderada (sin carne ni verduras). La pantallita de la registradora iba marcando un subtotal espantoso. Al terminar la lista y ante mi cara de asombro por una cuenta inesperada la cajera puso su peor cara y me dijo "Y... votá a Cristina".
Si hasta una cajera de súper hace campaña contra la Reina, me parece que la cosa puede ponersele bastante oscura.
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