7 de diciembre de 2007

Infamy Day



A 66 años del cobarde ataque japonés sobre Pearl Harbour. Y antes de que salga algún típico resentido con los EEUU, le contesto que sólo se trata de recordar un evento militar importante como cualquier otro.

Lamentablemente para los japoneses la infamia y cobardía les salió por la culata.

8 comentarios:

MarcosKtulu dijo...

Tora Tora Tora! Si hubieran escuchado más a Yamamoto los ponjas se evitaban de entrar en una guerra que no podían ganar. Podían seguir matando chinos sin que a nadie le importara. Tal vez no existiría el maoismo.

MarcosKtulu dijo...

Lo había pasado por alto en una primera lectura, pero ahora lo veo y no me cierra. Estamos de acuerdo en que el ataque es, como se dijo desde el primer dia, una infamia, una puñalada en la espalda, ¿pero una cobardía? Al contrario, tanto arrojo tuvo la decisión de atacar EEUU que rozaba el suicidio. Habiéndose tomado esa decisión, supongo que no esperarás que Japón mandara antes un emebajador con la declaración de guerra y un aviso de que preparasen las defensas de Pearl harbour. Ojalá hubiera sido más cobarde el gobierno japonés. Se evitaba la destrucción de su país.

Anónimo dijo...

Para mi la cobardía significa atacar por la espalda, ya que fue eso prácticamente. Viéndolo desde el lado americano fue un acto sumamente nefasto ya que muchos murieron sin siquiera poder devolver el ataque como resultado de lo inesperado del mismo. Eso es cobarde, disparar sabiendo que nadie va a devolver.

Ahora bien, para los japoneses bien puede haber si heroico meterse con los yankees. Algo así como lo nuestro con los ingleses, que obviamente nada tiene de heroico para mí aunque sí para muchos otros.

La RAE dice de cobardía "falto de espíritu y valor". Creo que atacar por la espalda es un claro anti valor, aunque los japoneses lo puedan ver de otro modo.

MarcosKtulu dijo...

La falta de valor a la que alude la cobardía no es una falta de valores (tipo post-modernismo o nihilismo) sino falta de coraje, de ánimo, etc. Creeme que si los tipos tomaron la decisión de enfrentarse hasta el exterminio con la primera potencia no es porque les faltaba coraje.
Cobarde es el apeacement y rendirse sin luchar.
Como dije en un post, a veces hay una sobreestimación del factor sorpresa, creyendo que la sorpresa en sí todo lo puede. Por su puesto que ayuda, a veces muchísimo (por ejemplo la guerra de Yom kippur), pero no se puede pretender que neutralice todo el esfuerzo de guerra del enemigo (ver sino la invasión alemana a Rusia del 41, o la iraquí a Irán en el 80, o la argentina a las malvinas, etc etc).
Los estrategas japoneses pecaron de ingenuidad, no de cobardía.

Anónimo dijo...

Y esa teoría de que los yanquis con FDR a la cabeza sabían del ataque nipón y no tomaron las medidas defensivas para así entrar en la Guerra y justificar con el esfuerzo patriótico de la sociedad estadounidense salir de la crisis del 30 por FDR realizada?

Anónimo dijo...

Comprendo tu visión, entiendo que tu pretensión es la de hacer ver al ataque japonés como una obra heroica ya que éstos se estaban enfrentando vis-à-vis con una potencia industrial y militar. Sé que no queres hacer ver el asesinato a mansalva sin aviso como un acto heroico, sino el hecho de meterse de lleno en una guerra con nada más y nada menos con los EEUU.

Igualmente según mi visión y punto de vista respecto a la cobardía en esto, te vuelvo a repetir lo anterior vez dicho. Realizar un ataque sin que el enemigo tenga conocimiento alguno de que este puede producirse, es decir atacar por la espalda, me parece un total acto de cobardía. Una persona de honor no te va a golpear por atrás, sino que te invitará a un duelo donde los dos estén en posibilidad de condiciones.

Por más que plantarse a los EEUU pueda ser considerado por vos un acto heroico o no cobarde, no me entra en la cabeza dicha etiqueta porque te repito, atacar sin estar el enemigo en igualdad de condiciones no es algo que yo pueda concebir como no cobarde.

Es una cuetión de como entendemos el anti valor de la cobardía cada uno.

Carlos dijo...

Creo que las dos acepciones son correctas.

Si bien la mayoría de los diccionarios hablan de la falta de valor, algunos se refieren a lo que podríamos llamar "cobardía moral":

Cowardice: "The condition of being easily frightened and quick to avoid danger, or the practice of committing acts of violence against people who are weak or defenseless", Cambridge Dictionary of American English

Lâcheté 2."manque de courage moral qui porte a profiter de l'impunité". Robert. Dictionnaire du Francais Primordial

Lâcheté: "action basse, indigne" Le Petit Littré

MarcosKtulu dijo...

Dando por válidas ambas acepciones deferidas por Carlos, aún haría falta analizar la cuestión de la conveniencia de uno u otra.
Creo que Iván toma cobardía en la acepción de golpe bajo, indigno, desleal, etc, con la que estoy de acuerdo en calificar al ataque pero sin usar esa palabra, por la confusión que como vimos puede generar.
En la batalla, la cobardía como huir o rehusarse a ella ha existido siempre con ese nombre. En la jerga de los reglamentos militares norteamericanos está asignado un sentido para la palabra, un delito tipificado como una inconducta provocada por el miedo ante la presencia del enemigo, que puede resultar en pena de muerte en una corte marcial. En las últimas décadas rara vez se ha ejecutado a alguien por cobardía.
Sin embargo, cobardía en el sentido de ataque por la espalda es una acción de lo más común en todas las guerras, mucho más si hay que entender como cobarde (nuevamente, desleal, bajo) cualquier situación en que los contrincantes no estén en igualidad de condiciones. Verán por qué no es del todo conveniente, y por eso llamo a reformular su uso, hablar a la ligera de cobarde, toda vez que hoy es de lo más común el enfrentamiento entre ejércitos del siglo XXI contra ejércitos cartoneros (si se le puede llamar ejércitos) sin declaración formal de guerra, y no por existir esa desigualdad suena convincente achacarle cobardía al primero. Llegado al extremo la única lucha que no sería cobarde sería la entablada mano a mano, entre contrincantes de igual número, con igual descanso, alimentación, en fin, una situación de laboratorio cuya regularidad histórica pondría en duda.