Justo cuando el superministro De Vido firmó acuerdos para seguir la versión doméstica de "petróleo por alimentos" Clarín (hmmmmmm) mete el dedo en la llaga al chequear que de las anunciadas importaciones de fuel venezolano, la gran mayoría es triangulada desde terceros países componiendo un negocio para PDVSA, tal ver ENARSA, y seguramente para unos cuantos que tercian en el asunto.
Como bien dice el diario, para el país lo más sano sería licitar la compra y adquirir al precio más conveniente. Pero no. La solidaridad latinoamericana ante todo, sobre todo si deja un 15%.
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