En las épocas turbulentas de la Alemania de la primera posguerra, los ex soldados desocupados formaron bandas armadas conocidas como Freikorps. Como conté en algún artículo que todavía anda dando vuelta por ahí, fueron de alguna manera la versión alemana de los piqueteros argentos.
Primero reunidos en una agrupación llamada Stalhelm, los Freikorps terminaron siendo absorbidos por el partido Nazi, integrando las SA.
Ahora en un sorprendente paralelismo, los Freikorps nacionales y populares acaban de ser tentados para sumarse institucionalmente al peronismo
8 comentarios:
Sí, pero aquellos eran rubios y de ojos celestes.
Y éstos son aindiados mugrientos.
El resultado puede ser distinto, quiero decir peor.
Ahora, quienes seran los de las SS que los pasen por los cuchillos largos ?
La ¿derecha? sindical liderada por Moyano ?
Los peronistas son de cargarse gente y no veo porque ahora no van a seguir ese camino.
más allá de los aspectos estéticos...apuesto a que los miembros de los Freikorps sabían leer y escribir...
Teneis un premio blogocósico en mi casa. Igual tienes un minuto Rubén (o uno del staff) y pasas a recogerlo :P
Tal como n el 18 Brumario, la historia se da primero como drama, la segunda como farsa.
Yo me pregunté lo mismo que Beto ¿quién será esta vez la SS?
La comparación es inquietante, especialmente si se trae a la memoria que los Freikorps (a través de los sectores más ultras de los Stalhelm) fueron algunos de los afluentes del movimiento nazi.
Sin embargo el paralelismo entre los piqueteros y los Freikorps me parece mal traído. Los Freikorps originales apoyaban al Gobierno legítimo (al menos legítimo desde dos puntos de vista: era vel internacionalmente reconocido y el que podía reclamar ser heredero legal del gobierno del Kaiser), y de hecho hasta la firma del Tratado de Versalles los Freikorps sustituyeron al ejército alemán. Una vez firmado el tratado, los cuadros del Reichswher salieron del personal de los Freikorps, sin que dieran ningún problema de disciplina o sedición. Los elementos extremistas de los Freikorps, o los simplemente adversos al régimen (los monárquiecos, por ejemplo) se quedaron al margen o fueron purgados (y la palabra está bien elegida) por los propios Freikorps.
En cambio los piqueteros no parece que miren mucho por la legitimidad del gobierno, y menos aún por la defensa de la legalidad contituida (por mala que ésta sea). No parece tampoco que tengan intención de integrarse en la vida nacional argentina dentro de una fuerza política o social (asociacional) existente, o siquiera constituirse ellos mismos en una nueva fuerza política. Ni siqueira son un poder. Son más bien un contrapoder al margen de los contrapesos legales y constitucionales. En ese sentido me recuerdan mucho a los movimientos anarquistas españoles de antes de la Guerra Civil.
Todo esto visto desde la distancia, claro está, y por ello quizá me equivoque.
Bazán, vale lo de la farsa que le cité antes a Marx.
Los grupos piqueteros en realidad en la Argentina se convirtieron desde presuntos representantes de los desocupados en 2000/2001 en una suerte de voceros extraoficiales del poder. Los dirigentes que en 2001 bregaban por la democracia directa y la participación asamblearia fueron integrados justamente al "gobierno legítimo" (las comillas son sólo para fijar la comparación, no por desconfiar de la legitimidad de los Kirchner) Algunos integraron el gobierno nacional como el proiraní, prochávez D'Elía y otros conformaron el gabinete del gobierno de la Provinicia de Buenos Aires, de manera que este paso es de algún modo análogo.
De reclamar en las calles por sus presuntos derechos pasaron a reclamar en las calles como una fuerza paralela al gobierno. Contra Shell, contra los productores de carnes, contra los supermercados...
Desde luego que las analogías son vagas, pero no creas que tan descabelladas. Aunque soy un fanático de la ucronía.
Un saludo especial par ti Bazan, en estos días en que conmemoran los 200 años del inicio de la Guerra de Independencia!
La última evolución de los piqueteros también coincide con la de los anarquistas españoles. Iniciada la guerra, se unieron al gobierno "de progreso" (4 ministros, incluido el de Justicia, nada menos) pero en la calle siguieron con sus actuaciones al margen de todo control legal.
PS: Ya tengo ganas de que corra la sangre gabacha por las calles de Madrid. Bromas aparte, la oferta cultural, de momento, pobre, por no decir otra cosa.
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