Hace meses que la leche, la carne, la harina, o el pollo son lujos para los venezolanos. Hace unos días la prensa contaba que no se consigue uno de cada tres remedios. Mientras tanto, Chávez que hasta hace unos meses parecía intocable, perdió totalmente la brújula y además de agitar las amenazas a Colombia se desencaja acusando a sus seguidores de falta de espíritu revolucionario (video).
En las próximas elecciones para autoridades estaduales, y a pesar que no hay una oposición organizada ni muy coherente que digamos, se espera que el oficialismo reciba un cachetazo sin precedentes. Muchos observadores, incluyendo al ex presidente Carlos Andrés Pérez señalan que el chavismo está herido de muerte. No se si es tan así, pero es notable que figuras como la impresentable Lina Ron (una especie de D'Elía bolivariana) está dele denunciar la "traiciones" dentro del movimiento.
Lo cierto es que con Chávez sin rumbo, con el chavismo en crisis, con la clase media decepcionada por la proliferación de escándalos "boliburgueses", y una sociedad harta de la escasez y la miseria están dadas las condiciones para lo que Braulio Jatar llama la Tormenta Social Perfecta, que se me ocurre como una versión caribeña de nuestro 2001.
Si esa tormenta se da, ¿podrán llegar las ráfagas tan al sur como para afectar al Montonerato, que hasta último momento sigue aprovechando la fiesta de los dólares chavistas?
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