Con el recambio en el Ministerio de Economía argentino queda claro el estilo que gusta a la pareja Kirchner para elegir a sus colaboradores en las áreas más delicadas: elegir al más cero a la izquierda, poco relevante, mediocre funcionario disponible. El que sea que esté dispuesto a seguir los planteos del matrimonio gobernante sin tener en cuenta los más básicos postulados económicos.
Salvando el caso de Lavagna, que vino por herencia, los cuatro Ministros de Economía que lleva hasta ahora la gestión KK tiene ese denominador común.
Felisa Miceli, Miguel Peirano, Martín Lousteau. Gente gris, de oficina, que llegan a su función sólo con el fin de cumplir con su jefe.
Carlos Fernandez, el ministro entrante, según su curriculum, no parece diferenciarse del resto. Basta con ver cómo lo describe La Nación en su titular de hoy.
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