A los argentinos no nos gusta enterarnos de cómo es nuestra verdadera imagen en el mundo.
Preferimos seguir viéndonos como la avanzada de Latinoamérica, como un pequeño reducto europeo en una enorme región inhóspita austral.
Por eso cuando nos enteramos de que compatriotas nuestros son rechazados al llegar a un aeropuerto español nos da bronca, sólo basta ver algunos comentarios de lectores en un artículo sobre el tema.
No nos cuesta pensar lo injustos que son los españoles con sus mismos hijos y nietos que intentan entrar a su país para hacer el futuro que sus padres y abuelos vieron estallar en mi pedazos en sucesivas crisis.
Sin embargo nos olvidamos fácilmente de que los primeros ultrajados son los argentinos que no pueden hacer su futuro en su propio país. Si es el caso, el primer país que debería dar oportunidades a los argentinos es Argentina, no España.
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