Un ex presidente que no ostenta actualmente ningún cargo público se reunió con el presidente del Banco Central para que le hablara sobre estado de las reservas. Aliviado por la abundancia de dinero reportada por el funcionario, acudió al Ministro de Economía y al secretario de Hacienda para que le contaran cómo va la recaudación. "Va bien", le dijeron los funcionarios. Este señor no posee ningún privilegio que le permita acceder a tan delicada información frente a cualquier otro ciudadano que paseara en esos momentos por las calles que rondan el Ministerio.
Como consecuencia de estas buenas noticias la persona en cuestión diseñó la estrategia a seguir por el gobierno frente al conflicto con el campo.
Este relato se puede leer hoy en La Nación.
Leyendo lo anterior es fácil darse cuenta lo que va a ocurrir cuando termine esta batalla política entre el campo y el gobierno.
Más allá de quién sea el ganador de la pulseada la Argentina va a salir de esto con instituciones reducidas a una dimensión aun menor que la que tenía antes de empezar el conflicto.
2 comentarios:
No me canso de decirlo, el retroceso institucional es pavoroso.
Cada vez que intento publicar un comentario aparece un error -que invita a volver a intentarlo-, o directamente no sale.
Tal vez esta vez tenga suerte.
Comparto la idea del retroceso institucional aunque, agrego:
no caigamos en el error de creer que se sintetiza en el kirchnerato. La degradación viene de más lejos y abarca más estamentos. ¿Anomia?
No hay, a la vista, ningún político-funcionario-empresario-gremio-etc., que lidere la opinión de la necesidad del rescate de las Instituciones y que, a la vez, lo cumpla en el seno de su organización. Hay un tácito acuerdo de la dirigencia por el "todo vale", sin cumplir con ningún tipo de norma. Ningún partido celebró elecciones internas para postular sus candidatos en las elecciones presidenciales. Resuelven unilateralmente alianzas, coaliciones (en su mayoría, verdaderos engendros) e intentan "sumar fuerzas" cooptando "luquivenga".
Un paraíso para los K, quienes -mejor que nadie- conocen cómo desempeñarse y cómo vencer.
Publicar un comentario