A esta altura decir que el fedederalismo argentinoes ficticio no sorprende a nadie. El conflicto del campo -entre otras cosas- sirvió para despertar un reclamo que parecía dormido por el cada vez mayor centralismo que ejerce ya no una provincia o una ciudad sino un aparato político, sobre las provincias y el interior.
Como dije una vez acá, una de las paradojas más grandes al respecto la creó el gobierno K, que proclamándose federal a voz en cuello inventó un delirante "Ministerio de Planificación Federal" que decide inconsultamente obras que deberían discutirse, decidirse y controlarse en ámbitos provinciales e incluso municipales.
Para muestr un botón de hoy: el tema del housing ha sido tradicionalmente un tema de resolución local. Porque los gobiernos o mejor aún las entidades intermedias o los desarrolladores que atacan el problema deben atender a variables que cambian en cada pueblo, cada ciudad. La historia de la Arquitectura muestra justamente que los proyectos exitosos han sido siempre de gestión próxima. Aca obviamente inaugurar un par de viviendas se convierte en tema de Estado y en estrado para que la (vi)Reina vomite su bilis.
Ayer por lo menos un intendente se le paró de manos, cuando intentó organizar su fiestita para inaugurar una escuela, sin invitar al gobernador. En la Calera, por lo menos, saben que entre el Estado Nacional y los municipios se debe reconocer a la Provincia que guste o no según la Constitución deberían ser estados autónomos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario