Uno de los mitos mas profundamente enraizados en la argentina es que tenemos una dirigencia berreta, venal y corrupta por ser expresión de lo que es el país.
Permitanme que me oponga.
Este argumento sirve únicamente como excusa para justificar a la pólítica y al fracaso de las últimas décadas.
Creo por el contrario que el tema pasa porque hace muchas décadas ya -probablemente desde el 30, pero más seguramente desde el 45 para esta parte, la gente con dos dedos de frente renunció a meterse en cualquier tarea dirigencial.
Casi como en un negativo de lo que tan bien describe Alberto Edwards en su Fronda Aristocrática en Chile, la berretada es lo que sobreflota en la sociedad argentina. Basta fijarse en las pequeñas organizaciones: clubes de barrio, cooperativas, colegios profesionales... son pocos los casos en los que los socios más capacitados y de más experiencia se arremangan para sumarse al manejo de la "cosa pública", por pequeña que sea en cada caso. Se suma a esto la renuncia de la intelectualidad a su rol de élite. Se prefiere asumirse como "trabajador de la cultura" que queda mucho mejor y sólo genera demandas laborales, y no compromisos. Y cuando alguno aparece enarbolando el ´rótulo de "intelectual", bueh... da ganas de llorar.
Ojo, el problema es mucho mas grave que si fuera el que se presenta a priori. El tema es el desapego de los verdaderos intelectuales, de la gente con auténtica capacidad, para meterse al barro. A nadie le importa, total quejarse -o irse- es más fácil.
13 comentarios:
Blogbis, a lo que decís le sumaría que los jefes / gerentes / empresarios en Argentina son bastante mediocres y tienen el mismo estilo que la dirigencia política. Es como una falacia de división concretada.
Son soberbios, creen que saben todo, no buscan capacitarse e intentan aprovecharse al máximo de la gente que tienen abajo. Son competitivos con sus subalternos, no valoran la creatividad ni buscan ser profesionales y hacer las cosas bien.
Nanopoder
El problema es que el ambito "intelectual" (la educacion superior, etc.) no hace mas que alienar a la gente suficientemente cuerda como para no tragarse todo lo que le dicen. Lo que hace falta es redefinir el rol del intelectual, como bien explico Ayn Rand en For the new intellectual
Respetuoso disenso desde acá. Mirá justo el post debajo del tuyo: ese engendro de Feinmann, lejos de ser un animal raro, es más bien una especie autóctona que es plaga en nuestro medio ambiente. Y no conozco otro país en el mundo en el que un Maradona tendría la estatura que tiene en Argentina, para dar n ejemplo. Por supuesto que la Argentina está llena de gente de primera, eso es indiscutible. Pero la abrumadora mayoría los ahoga.
Yo estoy muuuuuy de acuerdo. Estamos viviendo lo que José Ingenieros llamaba "mediocracia", y no es algo representativo. No me considero un bicho raro ni considero bichos raros a los que se quedan y se involucran. Es más: son los únicos que me parecen representativos.
Es que Ramiro, justamente me refiero a la retirada de los reales intelectuales, que dejan espacio a estos cosos para que se hagan los sesudos representantes de la argentinidá.
Como los que valen se quedan callados, emergen los bobrufinos y se ponen la chapa de inteletualcomprometidoyprogresita
Este pais no cree en la capacitación, no la paga, no exprime a la gente que sabe de algo. Capacitarse es para los entrepreneurs, si vos vas a generar tu guita, pero ser un experto en algo se hace por la chapa, que es lo que se paga.
cristian, no insistas
Pero dejalo, si es graciosamente lamentable.
Rubén, Lo mismo que se dice sobre los gobiernos se puede decir de las clases dirigentes y de los intelectuales, cada pueblo tiene los que se le merecen. O parecen.
De acuerdo con BlogBis
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