En base a un magnifico cuadro del NYT al que llegué vía El Opinador, armé un cuadrito con las medallas olímpicas argentinas, desde el inicio de la participación del país en los juegos. No pude corroborar el dato, pero creo que 1924 fue la primera olimpíada con equipo oficial.
Muestra entre otras cosas, que si hubo ese tan fantástico apoyo al deporte por parte de Perón, sirvio de poco en los resultados. Y da que pensar sobre cuán serio es el "proyecto" deportivo actual, si es que todavía se puede esperar alguna medalla que se sume al bronce de la chica Pareto, y cuando en las últimas ediciones la leve recuperación vino mayormente de deportes profesionales o semiprofesionalizados.
Muestra entre otras cosas, que si hubo ese tan fantástico apoyo al deporte por parte de Perón, sirvio de poco en los resultados. Y da que pensar sobre cuán serio es el "proyecto" deportivo actual, si es que todavía se puede esperar alguna medalla que se sume al bronce de la chica Pareto, y cuando en las últimas ediciones la leve recuperación vino mayormente de deportes profesionales o semiprofesionalizados.
4 comentarios:
En wiki hay un cuadro muy bueno también.
El nivel argentino es paupérrimo. Sólo ganaba medallas cuando el deporte era amateur. Las únicas medallas doradas en 52 años fueron en la última olimpiada en fútbol (siempre hay alguna chance) y básquet (se alinearon todos los planetas).
Para que sobresalgan deportistas en la elite mundial deberíamos tener bases sólidas.
Phelps y Spitz son el vértice de una gran pirámide.
Por cada atleta de medalla olímpica hay muchos que no llegarán jamás.
Debe haberlos.
Pero deben ser el campeón nacional, el campeón provincial, el campeón municipal, el campeón intercolegial, el campeón interclubes, el campeon del torneo interno del club, el mejor del grado, etc.
Y aún estos, vértices de sus pirámides menores, necesitan de otros en sus bases que los sostengan.
Hace falta mucho sacrificio para dedicarse al salto con garrocha, como el chico Chiaraviglio, en lugar de ir a divertirse corriendo atrás de una pelota como los 11 del Checho Batista.
El deporte de elite es sacrificio, no hedonismo.
Muy interesante el gráfico, si uno trazara una curva parecería que el momento estelar del deporte olímpico argentino estuvo a fines de la década del '30 o principios de los '40, sobre todo con el impulso de las medallas de oro.
A la interesante observación de Sinemetu hay que agregarle que en esos tiempos los premios venían de la mano de deportes después considerados "de oligarcas": remo, tiro, polo, esgrima y mucho señorito boxeador.
Desde los 50 para acá, con la mediocrización jauretchiana que impuso el peronismo sólo nos quedamos con el fóbal (no mas football).
Francisco P.
An Atenas 2004 hubo dos doradas (fobal y basquet) que no aparecen en el cuadro. Sin duda es parte de la conspiración imperialista del NYT y sus cipayos locales, para disminuir los méritos del deporte argento.
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