Por el gesto de Lula intuyo que el reemplazo del dólar por el peso y el real favorece más a Brasil que a Argentina.
Me parece que otra vez están poniendo el carro adelante del caballo.
Puede ser de acá a 25 años, pero creo que justo ahora no es una buena idea.
Pienso que la medida requiere una coordinación fiscal que ninguno de los dos países puede asegurar.
Para que el esquema bilateral funcione adecuadamente, las operaciones de comercio exterior deberían estar ligadas online a través de los bancos centrales receptores de toda la información.
Brasil de alguna manera lo tiene a través del sistema Siscomex que vincula Aduana, Secex y Bacen; pero en Argentina no hay ningún sistema integrado.
Después de todo, nadie tiene que impacientarse.
Europa tardó once años en constituir la unión aduanera, treinta y seis en concretar el mercado común, y cuarenta y dos en tener moneda única, así que tenemos todo el tiempo del mundo.
Pero los países latinoamericanos tiene la pésima costumbre de 'embromar al vecino' (beggar-thy-neighbor) con sus reiteradas devaluaciones 'competitivas'.
De hecho, Argentina está históricamente 'dolarizada' porque sufre desequilibrios internos crónicos y un permanente peligro real de shock externo.
Hay un artículo sobre este tema -tan complicado- aquí, del que cito un par de párrafos:
Quizás, lo más sensato y saludable sería permitir que el mercado resolviera por sí solo sus problemas.
El consenso y el acuerdo directo entre partes siempre tienen más valor y posibilidad de éxito que las imposiciones voluntaristas de los burócratas de turno.
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