No es novedad que el reparto de zapatillas, colchones, chapas y electrodomésticos ha sido la única plataforma política para ganar las elecciones en los enormes cinturones de pobreza de las ciudades argentinas.
Lo que es nuevo es el estilo de clientelismo K, que se debe haber desatado gracias a la brutal caída de la aprobación del Néstor y su cónyue, la primera dama del PJ: los camiones mandados por la hermana Alicia salieron a repartir lo que hubiera en depósito. Por ejemplo, regalando estufas eléctricas en barrios sin luz.
1 comentario:
es que a estos populistas cuanto más pobres sean mejor, es más barato y simple comprarlos.
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