7 de septiembre de 2008

Nacionalización de la materia gris, ya!


Cualquiera que conozca cómo se trabaja e investiga en las universidades e institutos argentinos sabe que lo poco que funciona del sistema está movido a fuerza de voluntad. Hace treinta y pico de años, la imagen de esa precariedad la daba la famosa foto de la banqueta de Luis Leloir, atada con soguitas. Ahora, una buena instantánea del sistema es la muerte de seis investigadores en Río Cuarto, ocurrida en diciembre de 2007 por la explosión de una planta de biocombustible armada "a la criolla".

Lo de las condiciones precarias de laburo es una constante. Por experiencia laboral conozco los ámbitos en que se trabaja en bioquímica, en ingeniería, en agronomía, en veterinaria, en arqueología y antropología... todo es de terror.

Los sueldos, ni hablar. Jóvenes investigadores que apenas llegan a los 600 dólares mensuales son una constante en un sistema universitario donde un ayudante a duras penas cobra 300.

Pero siendo que los niveles de voluntarimo superan los anteriores récords, y todo se arregla con la lengua no falta el fenómeno que plantea "repatriar por ley" a los argentinos que investigan en el exterior.

9 comentarios:

Raquel Reznik dijo...

Esa sí que fue una Bolufrase™ perfecta que desaproveché!

Anónimo dijo...

Lo gracioso es que pasa lo mismo que con los atletas olimpicos de los paises colectivistas, como lo que hacen lo hacen a puro huevo y contra viento y marea tienen un aura de heroismo que el mismo sistema nefasto que los usa se adscribe como mérito propio, cuando en realidad todo ese heroísmo daría infinitamente mayores frutos en un sistema orientado a premiar los resultados. La falacia subyacente es que estos "heroes" eligen trabajar así por motu propio, cuando la realidad es que muchos solo estan anclados por amor a lo que hacen, al pago, la familia, la idiosincracia, las empanadas, etc, todas estas cosas de la naturaleza humana y en ningun modo mérito del sistema enfermo.

Rothbard dijo...

Como en todo ámbito, en el científico hay de todo. Existen investigadores que se dedican a las ciencias básicas sin aplicaciones de corto plazo, teóricos; existen científicos/ingenieros que intentan resolver problemas puntuales y desarrollan tecnología patentable que en general están en vinculación con alguna empresa; y existe cada chanta de cuarta que se dedica a hacer turismo en los congresos, explotar intelectualmente a los becarios, movimientos turbios con los presupuestos de los proyectos (sobretodo viáticos), un poco de política, un poco de huevo, una notita en pravda/12, etc...

Nadie mea agua bendita, los "científicos" tampoco. Muchos de los científicos que se van, además de hacer un doctorado o posdoc afuera, es que "los viejos" y ñoquis taponan el ascenso de los nuevos, entonces se van a otro lado. No es solo guita y buena onda o una ley lo que se necesita para que la gente vuelva.

Louis Cyphre dijo...

¿Repatriarlos para qué? ¿Para cebar mate en el Conicet?

Raquel Reznik dijo...

En lo que me tocó vivir, aquí no se hace investigación.
Disponer -como mínimo- de información 'actualizada' es un imposible con el presupuesto argento.
En defintiva, creo que hablar de 'investigación' en Argentina es poco serio, y un absoluto despilfarro.
Mucho mejor si destinaran esos recursos -míseros- a dar agua potable, o cloacas.

Rothbard dijo...

El R&D te hace ahorrar guita en el mediano y largo plazo por el avance tecnológico y la optimización de procesos, creo que nadie discute que es bueno investigar, lo que hay que discutir es cómo se financia. En esta última discusión creo que no se debe financiar con los impustos porque el estado ya se sabe cuál es el desempeño en asignar recursos. El CONICET debería desaparecer o que sobreviva solo (autofinanciado) si es tan útil. Y el R&D se debería hacer en las empresas y en las universidades, con aportes $$ de las empresas o conjunto de empresas.

Raquel Reznik dijo...

Creo que no se trata de discutir si 'es bueno o no investigar'.
El planteo es una obviedad.
Pienso que mediante un sistema de becas supervisado por instituciones privadas se tendría que capacitar a los más capaces para recoger datos y luego volcarlos en los lugares donde la información pueda ser procesada con eficacia.
Con 10 a 15 millones de pobres y/o indigentes hay otras prioridades.
En todo caso, luego de, empezar por ser bilingues, al menos.

Anónimo dijo...

Es una estupidez digna de este gobierno, esta repatriación lo único que lograría sería crear una cantidad inimaginable de Hildas Molinas, y que mentes verdaderamente brillante se desperdicien en el Conicet o el INDEK.

Mariana y Marcelo dijo...

Rothbard dá en el clavo: si no es financiada voluntariamente por los interesados, la investigación rápidamente se convierte en un hobby a cargo del contribuyente, y el "científico" en un parásito insaciable.