21 de septiembre de 2008

Recordar Curupaití


Mañana se cumplen ciento cuarenta y dos años de la batalla más sangrienta ocurrida en suelo sudamericano, y probablemente la que costó más sangre argentina, el frustrado asalto a la fortaleza de Curupaití, en que la pésima planificación de Mitre, la paupérrima coordinación del fuego naval de Tamandaré, y las excelentes fortificaciones paraguayas terminaron con una victoria de las fuerzas de López, y un saldo de 2095 bajas argentinas y 1950 brasileñas, contra sólo 92 paraguayas.
Hiela la sangre leer los relatos de los preparativos para el asalto, en el que los batallones argentinos con sus oficiales vestidos con sus mejores uniformes desfilaron antes de intentar el asalto a las trincheras paraguayas, para ser segados por la artillería entre pantanos y abattis.
Vale la pena recordar a esos soldados. Vale la pena recordar que la participación argentina en la guerra la originó la invasión paraguaya de Corrientes. Vale la pena recordar que Solano López en cierto modo anticipó la actitud de Adolfo Hitler, no dudando en sacrificar media población de su país, llevando al final a combatir a chicos de 10 años. Un tirano que rechazó todas las protestas de paz y que causó con su obstinación que el avance de las fuerzas aliadas dejara a su país hecho trizas, hasta la debacle final en Cerro Corá.
Vale la pena recordarlo y tenerlo bien claro. Especialmente cuando la miserable que tenemos como presidente mantiene que aquella guerra fue la de la "Triple traición" y sostiene que López fue un "patriota latinoamericano".

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Y claro, no viste como lo pintó Pigna? Que asco que dan, por favor.

Anónimo dijo...

Dios mio, ¿en que dimensión del espacio-tiempo estamos, para interpretar así ese conflicto?
Blogbis podria citar cuales son sus fuentes contrastadas.
Si no es molestia tambien me gustaria conocer las fuentes para su version del origen del paramilitarismo colombiano, ya que truncó de manera tan inexplicable aquella exposicion y quedó la duda

Anónimo dijo...

Hola a todos. En Chile la versión que se conoce y con la que crecí y que jamás he visto desmentida por autores "no involucrados," es decir no argentinos, uruguayos, o brasileros, es que si bien los paraguayos fueron imprudentes en ayudar al legítimo gobierno uruguayo, Argentina permitía el paso de brasileros por su territorio pero se lo negó a Paraguay: eso no es neutralidad. Y en cuanto a que la guerra se tornó en exterminio, gran parte de las culpa, si no casi toda, reside en los lados argentino y brasilero que, alegremente, se dedicaron a matar a los paraguayos que los habían humillado en batalla por tantos años. Para el final, la guerra se había tornado en genocidio. Solano tuvo culpa, pero Argentina y Brasil mataron y mataron y mataron hasta que ya no quedaba casi nadie por matar. Mucho de eso fue sed de venganza por humillaciones como Curupaití.

Vi el documental argentino de Pigna en "Algo habrán hecho por la Argentina." Sí está sesgado políticamente hacia la izquierda, pero su versión es casi exacta a la que yo siempre he escuchado y a la que leí de ingleses y estadounidenses que se preocuparon por ese vergonzoso capítulo americano.

Comparar a Solano con Hitler es comparar dos situaciones completamente diferentes: a los paraguayos casi los exterminaron; ellos no trataron de exterminar a nadie. Si niños lucharon por su país es porque había sido invadido y el comportamiento de brasileros y argentinos no dejaba lugar a dudas del salvajismo que le esperaba a los paraguayos una vez rendidos: mejor morir luchando.

No pude dejar de opinar aunque el pastel no es mío. Pienso que ha habido una amnesia colectiva muy dañina con respecto a esta guerra.

Sergio Flores

Anónimo dijo...

Para david a. greco, que solicitó fuentes de blogbis, yo puedo proveer dos que tengo aquí en mi librero: "LATIN AMERICA'S WARS: The Age of the Caudillo, 1791-1899, Volume I," de Robert L. Scheina. Todo el capítulo 29 está dedicado a la Guerra de la Triple Alianza. Del mismo autor también tengo LATIN AMERICA: A Naval History 1810-1987, que entre las páginas 19 y 27 describe y analiza el conflicto desde el punto de vista naval. Scheina no toma partido; su análisis es extraordinariamente neutral. La culpa que pone sobre los hombros de Solano es la que siempre leí: ególatra y muy influenciado por su esposa, metió a su país en un conflicto que no podía ganar. Hasta ahí todo bien. Lamentablemente no tengo a mano los otros libros y/o autores que he leído en relación a esta guerra. Es el achacarle a Solano TODA la culpa del genocidio lo que me ha molestado tanto.

Me disculpo con blogbis y con los fieles lectores y participantes de este blog por expresar un punto de vista tan opuesto al que ellos comparten, principalmente teniendo en cuenta que su país, Argentina, fue parte de esa guerra y no el mío, Chile. Sin embargo, una explicación: la guerra paraguaya siempre aparece junto a la Guerra del Pacífico como uno de los dos conflictos más graves de Sudamérica en el siglo XIX. En la GDP, Chile enfrentó a Perú y Bolivia. La situación es absolutamente diferente a la de Paraguay y no entraré en detalles. Baste decir que la versión "oficial" chilena de que éramos David contra Goliat es una exageración. Pero he ahí en las páginas de varios libros que he leído, una guerra al lado de la otra, un país que se enfrenta solo a dos, o tres, vecinos mucho más grandes. Emocionalmente, siempre he estado con los paraguayos y siempre he lamentado que no hayan tenido la buena estrella que guió a mi país en su guerra más importante.

Sólo eso. Gracias.

Sergio Flores

Anónimo dijo...

Muchachos, yo conozco bastante Paraguay y no tengo dudas de que Lopez era un despota sangriento y egolatra, y fue siempre el perfil del pais. Yo iba a ir a pasar a Asunción el día del golpe a Stroessner, vivía muy cerca, y antes de salir escuche por la radio que se estaban cagando a tiros y no fui. A los dos dias ya estaba todo tranqui, fue solo un tramite pactado del partido colorado para darle salida al generalisimo de una manera creible. Pero para que fuera creible tambien hicieron que se mataran decenas de soldaditos en el tramite, y a la semana como si nada hubiera pasado. Y lo de Lopez era eso a la enesima potencia.

BlogBis dijo...

Para David Greco: cualquier relato de la guerra, que no esté infectado por el revisionismo histórico de los '30 y sus sucesores, incluyendo la última perpetrada por Pigna, o peor aún Pacho O'Donell que son solo relatos politizados y no historia.

Si quiere algo corto, le recomiendo el excelente "Entres meses en Asunción", de Díaz Gavier.

Carlos dijo...

La versión del revisionismo es la que se ha impuesto en la consideración del conflicto que todos tratan con sentimiento de culpa. Yo también conozco mucho al Paraguay y considero que López era un mediocre Napoleón que hundió a su país en una guerra que no podía haber tenido otro final que el que tuvo.

Se suma la corrección política "pacifista" y lacrimógena que siempre acusa a los vencedores de genocidas. Lo mismo hacen con la Conquista del Desierto de Roca.

Lamentablemente a esa visión sesgada de la Guerra del Paraguay, se suma la opinión de Alberdi que era un gran intelectual pero oscurecían sus juicios el resentimiento y rencor hacia Mitre, Sarmiento y otras figuras importantes de la época.

MarcosKtulu dijo...

Otros mitos clásicos del revisionismo (que en Chile se llama decadentismo) como los que menciona Sergio es que Paraguay era una mini-potencia industrial, y Gran Bretaña entonces pergeñó todo este conflicto para imponer el libre comercio y erradicar a la incipiente industria nacional y popular de Paraguay, cuyos altos hornos eran la demostración de un modelo de mercado interno bla bla bla.
Por otra parte, las fuerzas de la triple alianza no era tan numéricamente tan superiores a las paraguayas. La participación de uruguay fue menor (o al menos proporcional), y argentina financieramente hablando estaba fundido, tal así que mayor esfuerzo económico vino de parte de Brasil.

Anónimo dijo...

Sergio: efectivamente no hace falta leer a autores de izquierda para concluir que una version como la expuesta es una caricatura.

Blogbis: me pregunto adonde esta el contraste. Eso es escuchar la campana de los propios actores de los hechos, allegados y simpatizantes.
Alberdi es revisionista? los demas autores de raigambre liberal?
Lo que dice Diaz Gavier de tan superficial lo vuelve irrelevante. Es un historiador aficionado, en el siglo XXI. Ni siquiera se lo puede disculpar de ser nacido en el siglo XIX

Que puede decir sobre el tema colombia. Dejo toda la duda sobre sus fuentes.

BlogBis dijo...

Alberdi no era revisionista, y es una estupidez su pregunta. O una demostración de ignorancia supina sobre el conflicto, su época y la discusión política argentina de la época.
Alberdi escribe la crítica a la guerra desde un furioso antimitrismo -que comparto- pero que no me infecta para entender que la responsabilidad principal de la guerra le cabe a Solano López y sus sueños napoléonicos.

Si no le gusta -por liviano- Diaz Gravier entonces le recomiendo los siete tomos de la Historia de la Guerra del Paraguay, de Juan Beverina.

BlogBis dijo...

Ah, y por cierto, la discusión sobre fuentes no debe tapar el objeto del post: mostrar la absoluta falta de respeto a la memoria de los caídos argentinos en la guerra, por parte de la barbie bótox.

Raquel Reznik dijo...

Esta turra indigna tendría que hacese buches con el agua del Riachuelo antes de hablar de los héroes que pusieron el pecho.
Es una cobarde inmunda, lo único que le agradezco es que me enseñó a odiar.
Al fin encuentro la respuesta a la pregunta de 'que hizo bien'.

Anónimo dijo...

Blogbi: Disculpeme pero lo estupido es la interpretacion que hace de mi mensaje. ¿No sabe lo que es una pregunta retórica?

Ud. no se muestra ignorante sobre el conflicto, su época y la discusión política argentina de la época, sino que se muestra decididamente parcial.
Si Alberdi y el importante grupo de autores liberales, David Peña y demas, hablan desde el furioso antimitrismo, ud. habla desde la boca de Mitre. Mire si sera parcial.
Desde el principio no se pidieron versiones, sino contrastaciones de las mismas, referencias academicas, algo basico de cualquier exposicion seria.
Beverina no puede ofrecer una sola coma trascendente sobre cuestiones politicas. Mucho menos, abordajes desde herramientas de metodo historiologicas. Deberia saberlo, sin embargo lo ofrece sin que aporte sobre lo importante.

Con respecto a Cristina K, tema que no me llamó la atencion, es claro que depende de como se entienda ese conflicto para darle un puntaje negativo o positivo a su actitud. En Alemania no se rinde homenaje a sus militares genocidas. Sí, a los que hicieron realmente patria, de acuerdo a una concepcion historica seria, que es lo que interesa particularmente en este post.

Anónimo dijo...

Bueno, estos temas tienden a convertirse en avisperos. Hago una observación más (para Carlos): fuera de Argentina, la Campaña del Desierto es conocida como una campaña de exterminio como la efectuada por los Estados Unidos contra sus indios. Indudablemente para que surgieran países modernos era necesario reducir a los habitantes más primitivos y recalcitrantes. La historia está llena de conflictos similares entre unos más avanzados y otros que lo son menos. Aquí en Estados Unidos la mayoría de la gente acepta que fueron campañas de exterminio y usurpación, desde el Trail of Tears hasta Wounded Knee. Nadie duda que Estados Unidos muy probablemente no habría podido ser el mismo de no haber derrotado a los indios; pero la verdad es la verdad. Cuando se erradican de la faz de la Tierra pueblos enteros (hombres, mujeres, niños) y luego de las matanzas queda el suelo amplio y vacío, como está el sur argentino desde que don Julio se paseó por allá, eso, en mi libro, es exterminio. En el caso de Estados Unidos nos podemos consolar con que fue para un bien mayor, para que naciera una superpotencia que libraría al mundo de los nazis y derrotaría los comunistas.

Sergio Flores

BlogBis dijo...

Greco, a ver si comprende algo: esto es un blog, y nació para ser parcial.
La visión mía es la expuesta, si quiere la del genocidio lea a los que sostienen eso.
Así de fácil.

Carlos dijo...

Sergio, quienes conocen lo que pienso saben que la frase que escribí sobre Roca estaba dirigida a la hipocresía de la izquierda que se subió al carro del indigenismo para atacar a todo lo que tenga que ver con civilización occidental; por eso no me pareció necesario ser más explícito ni detallista.
La "lección de historia" que das en tu comentario no es diferente de lo que hemos opinado en repetidas oportunidades en el blog.

Algo que parecería que se está olvidando es que Roca, que fue un gran presidente y un gran militar - a quien por algo lo llamaban el “Zorro” - dio el golpe justo en el momento justo para terminar con las aspiraciones de Chile que estaba moviendo sus fichas detrás de los mapuches.

En cuanto a tu último párrafo acerca de tu "consuelo" por la conquista del Oeste de los EEUU comparada con lo que hicieron los argentinos en la Patagonia, perdoname pero me suena a resentimiento.

Saludos

Anónimo dijo...

Blogbis: Me sorprende su respuesta, pero no la voy a discutir. Supongo que esta en su derecho.

Pero dejeme decirle que es una lastima por lo menos por dos motivos. Primero que es apasionante inmiscuirse en estos temas, con rigor. Si no se busca un vision basicamente imparcial desde el principio, si bien no esta mal, desactiva lo apasionante.
Y segundo seria dificil, por no decir imposible, conseguir el homenaje merecido para el soldado argentino de Curupaiti o el de muchos otros eventos de nuestra Historia, manipulandola sin criterio y de forma acientifica.
Saludo.

BlogBis dijo...

Greco, no le hace falta suponer nada. Estoy en mi derecho.

De paso le informo que un blog de opiniónno es un lugar para la exposición científica. Para eso desde luego hay otras formas y otros espacios.

No obstante, si Ud. cree que la opinión que asenté en el post original es tan delirante, le invito a que me demuestre que no es cierto que López llevó a combatir a mujeres y niños, estos con mosquetes de la época colonial, al mejor estilo del Volkssturm, después de rechazar todo intento de paz, cuando en varias oportunidades pudo negociar la paz.