El fin de semana el kirchnerismo mostró otra vez su cara violenta y patotera, en un suceso que no tuvo mucha trascendencia en los medios. Fue cuando los kirchneristas con credencial del socialismo liderados por el diputado y sindicalista de los aeronaúticos Ariel Basteiro le emprendieron a palazon contra los congresales del partido de Binner y Giustiniani.
Aunque me separa un mar ideoógico de la gente del PS he reconocido acá que en muchos sentidos son un partido distinto a lo que estamos acostumbrados. Y por lo menos hasta ahora ni la patoteada ni la violencia física le han sido características . Claro, hasta que K metió la cola.
Vale la pena ver como analiza el asunto la columna de Candi en La Capital de hoy, que tira un dato que yo no conocía: cuando llegó la patota kirchnerista, venía con fotógrafo de Télam incluído.
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