Las acciones penales contra ellos han cesado definitivamente, y si quedó alguna deuda chica la pagarán en muy cómodas cuotas prácticamente sin intereses ni punitorios.
Las cosas parecen haber cambiado mucho -en muy poco tiempo- en estas tierras de promisión.
Hace apenas unos meses, incluso pagar con tickets o vales alimentarios se había transformado en una felonía, ya que el gobierno alegaba que generaban daño en los ingresos del sistema previsional y de obras sociales.
Hoy -el mismo gobierno- ofrece generoso un amplísimo jubileo para todos los corruptos.
Los decentes y los sacrificados cumplidores de las penosas obligaciones tributarias ya no tendrán más dudas: son los boludos de una película a la que todos los días le cambian el guión.
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