El miércoles me fui de un pique a Mar del Plata, para llevar a BlogBis Jr. a participar en la final nacional de la Olimpíada Matemática Ñandú, un certamen escolar que antecede a la mas conocida Olimpíada Matemática Argentina, ambas organizadas por la OMA.
El encuentro es de alguna manera impactante: cerca de 300 chicos de todo el país, en tres categorías, llegan a la final después de un proceso de pruebas intraescolares, interescolares, y regionales. Comienzan miles, al final llegan unos cien por nivel, que tienen que resolver tres problemas en dos horas. (Y los problemas no son nada fáciles, los invito a probar)
Hay de todo, y de todos lados: alumnos de escuelas públicas, de colegios privados, de escuelas universitarias. De todo el país, desde Salta a Santa Cruz. Todos entre 11 y 13 años. Algunos, típicos nerds de anteojitos y calculadora al bolsillo, pero la mayoría chicos comunes y corrientes, deportistas, con los intereses de cualquier chico -fútbol, basquet, rugby, play station- y un don especial para las matemáticas.
Ayer al verlos a todos sentaditos viendo la instancia final oral, no pude dejar de preguntarme dónde iran a terminar, en un país que se especializa en frustrar a su gente. Porque si hay algo en que la Argentina se ha especializado es en impedir crecer. Y tal vez este sea el peor desperdicio que habría que achacarle a nuestra dirigencia: dilapidar generación tras generación el recurso humano, mucho mas valioso que la soja, el trigo, o el petróleo.
3 comentarios:
Felicitaciones!
Es fascinante el funcionamiento de la mente de los chicos.
Me alegro por el pequeño BlogBis, y por vos.
Respecto a donde irán a parar, sería bueno comenzar a plantear ideas, por ejemplo, que el estado tenga los datos de estos niños en una base de datos a los efectos de ofrecerles becas, o a la cual puedan consultar las empresas para detectar los cerebros más ágiles para contratarlos al final de sus carreras, para pedir a universidades importantes postgrados para ellos, que se yo, cosas por el estilo. En pocas palabras, tratar de que no sea la mera suerte personal la que los ayude a evolucionar profesionalmente. Por ahí, alguno de ellos nos entrega una brillantez y el pais gana algo.
Si de mil que ayudamos, uno descubre una vacuna, un adelanto tecnológico o alguna cosa, justifica todos los gastos y molestias en las que se incurra.
Saludso.
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