2 de noviembre de 2008
Primero el País
Tom Bradley -el aspirante en 1982 y 1986 a gobernador en California- es conocido por no ganar contra todo pronóstico y achacarse su derrota a ser negro.
A medida que se acerca rápidamente la hora de la verdad, cuando los votantes americanos escojan a su nuevo presidente este martes que viene, Obama quiere eliminar de la mente de los votantes su condición de color a la vez que agita el fantasma del racismo.
Pero cuando el ex secretario de Estado Colin Powell, un republicano compasivo y moderado de toda la vida, anuncia su entusiasta apoyo por Obama, alguien con el que sólo coincide en una cosa, en que ambos son del mismo color, ¿cómo olvidarse de ello?
Ahora bien, exista o no el llamado 'factor Bradley', hay otro del que sí tenemos constancia, y reciente: cuando a un votante indeciso se le da a elegir entre lo socialmente correcto y lo incorrecto, tiende mayoritariamente a inclinarse por lo incorrecto.
Sucedió con Reagan en las primarias republicanas de 1980; ocurrió con Bill Clinton y Bob Dole; y volvió a pasar en las últimas primarias demócratas a favor de Obama frente a Hillary.
Es un hecho constatable.
¿Habrá, pues, el próximo martes en las elecciones un 'factor Obama' por el que una parte importante de los votantes indecisos basculen hacia el campo de su adversario republicano, John McCain?
Todo apunta a que así será.
¿Bastará para enterrar todos los sondeos previos conocidos y por conocer, así como la imagen de un Obama ganador que transmiten la práctica totalidad de los medios?
Hay que esperar.
Pero una cosa es clara: si no vence Obama que no se atribuya su derrota a oscuras maquinaciones o a los prejuicios de Dixie Land.
Hay otros factores sociológicos que podrían explicarlo.
Eso sí, si no llegara finalmente a la Casa Blanca, arrumbaría a Bradley para dejar a la Historia y la Ciencia Política 'el efecto Obama'.
A saber, que jugar con una imagen de lo socialmente aceptable como arma para anular a tu adversario, no suele dar resultados.
No, al menos, entre los indecisos norteamericanos, que son muchos.
GEES
Como Charles Krauthammer*, si gana Obama no cambiaré de pensar y 'me hundiré con el barco de McCain, porque prefiero perder unas elecciones a perder mis principios'.
*Charles Krauthammer nació en Nueva York y se crió en Montreal. Estudió Ciencias Políticas y Economía en la Universidad de Oxford y medicina en Harvard. El laureado Krauthammer es ganador del Premio Pulitzer de 1987, escribe una columna sindicada para el Washington Post Writers Group que se publica en más de 150 periódicos asi como ensayos para la revista Time, Weekly Standard y The New Republic, es analista politico de FOX News y panelista de Inside Washington, entre otros. En 2003 ganó el primer Premio anual Bradley y en 2004 fue homenajeado por el American Enterprise Institute con el Premio Irving Kristol. Por dos décadas, sus escritos han sido influyentes y han ayudado a dar forma a la política exterior americana. Dio nombre y desarrolló la 'Doctrina Reagan' (Time, Abril 1985), definió la estructura del mundo de la posguerra fría en 'El movimiento unipolar' (Foreign Affairs, 1990/1991) y perfiló los principios de la política exterior americana después del 11-S en su muy debatida conferencia 'El realismo democrático' (AEI Press, Marzo 2004).
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2 comentarios:
Es que hay un factor muy interesante: para muchisima gente lo politicamente correcto debe estar sobre el tapete, discutirse, estar en la noticias, hablarse, pero cuando quieren seguridad, lo politicamente correcto se va los caños. Mucha gente en el momento de hacer algo que puede poner en jaque su futuro se pasa por el traste loq eu seuna lindo. Es decir que lo políticamente correcto tiene un lugar fuertisimo en la cabeza de mucha gente pero solo como tirapiedras, como oposicion. Cuando se habla de definir uan fuerza que tenga verdadero impacto en la realidad, que tenga el rol de organizadora y defensora de la sociedad, mucha gente en el cuarto oscuro se cambia como Superman en la caseta telefónica.
Ojo, acá en Argentina tenemos algo parecido pero mucho más perverso: muy poca gente vota a candidatos que la representen genuinamente porque siente que los únicos que pueden manejar el poder son los fuertes=el peronismo.
Krauthammer es uno de los periodistas conservadores más imprtantes de los Estados Unidos. Mantiene una gran independencia de criterio y no se ata a capillas o corrientes políticas; por eso su opinión es siempre valiosa.
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