20 de noviembre de 2008

Use 'R'

Comenta Rothbard el sinsentido de querer rescatar la antigua casa de Ricardo Balbín de su venta.

Ya comentamos aquí que los argentinos nos enamoramos de todo lo que es viejo y caduco.

Otro ejemplo del caso es el intento de resurgimiento del partido a la vez más viejo e inútil de la historia argentina.

Paradójicamente los dos hechos mencionados se inscriben en el mismo círculo degradante, el pedido por el rescate de la casa de Balbín y el rescate político del partido que rigió ese personaje durante dos décadas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los radicales son progres seniles. Si tomamos la frase de Churchill (creo) de que el que tiene menos de treinta y no es progre no tiene corazon, podrìamos agregarle un corolario, que el que tiene màs de treinta y no es conserva... es radical. Hablo de edad mental, no real, esa edad de persona buenota pero ya sin energias (lo de la falta de energias es quizas una bendición para el resto de nos).
El fracaso encarnado.