Otra vez...
Posiblemente para todos y todas sea un buen momento para recordar que: 'Más que guardar Israel el Shabbāt, el Shabbāt ha guardado a Israel'.
El Kidush -para mí- sale mejor si es dicho en hebreo, pero en el fondo eso es indiferente.
Entre que sale la primera estrella y el tiempo que podemos comer y beber, está el Kidush.
La copa de Kidush debe estar llena hasta el borde, porque es un momento pleno, de máxima alegría.
Oviamente debemos llenarla con vino Kosher.
Mientras hacemos Kidush podemos -si queremos- permanecer sentadas.
'Beber' es 'una mejilla', así que no es momento ni de escatimar, ni de sobrepasarse.
Shabbāt es una alegoría de la Creación, y por eso Hashem lo santifica.
Es también un recuerdo del Ëxodo, y que nos eligió y santificó de entre todas las naciones.
Cuando encendemos las velas del Shabbāt las mujeres -y las niñas- hacemos mucho, porque estamos viviendo y sintiendo en carne propia toda esa Energía Divina que empapa -si la dejamos fluir- nuestras almas y nuestros cuerpos.
Y con esa energía que expresamos con tanto sentimiento y pasión procuramos iluminar a Argentina, a Israel y a todo el mundo, con nuestros mejores deseos e invocando la protección de A-do-nai.
Shabbāt es también unión.
Pero no solamente es unión con todas las mujeres y las niñas judías que desde hace miles de años cumplimos el Ritual, sino con toda la Creación.
Bueno, si sos soltera podés encender una sola vela.
Pero si sos casada tenés que encender dos.
Y si tenés una hija ella encenderá la primera, y después vos la segunda.
Las velas representan obviamente la vida.
Son una luz espiritual que ilumina -a través de nuestos ojos- a nuestras almas.
Para nosotras el día comienza con la llegada de la noche -que es la diáspora- y eso es un formidable simbolismo que impregna nuestra historia y nuestras más amadas tradiciones.
En Shabbāt las mujeres somos como novias.
En Shabbāt las mujeres somos -espiritualmente- las amantes más ardientes que existen en este mundo.
Pero comprender el verdadero y profundo significado del Shabbāt está en el límite del entendimiento humano, y como yo no soy una Rabí ni siquiera lo intentaré.
¡Bienvenida novia!...
¡Bói Kalá!
2 comentarios:
Me gusta, tiene como una sonoridad muy alegre y festiva decir:
"Bói Kalá!"
Lindas tetas!
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