La vigencia de ciertos personajes argentinos es una muestra del amor vernáculo por glorias que desde hace mucho tiempo no sólo no aportan nada nuevo sino que además se dedican protagonizar escándalos públicos.
Son zombies. Muertos vivos que siguen cautivando a su público. No dejan de sumar adhesiones incluso en las nuevas generaciones. El fanatismo no deja de renovarse. Sus vicios públicos y papelones, que incluso afectan a los propios fans, no merman su base de apoyo.
Esta tradición tiene su más famoso precedente en Carlos Gardel y ha permanecido en la mentalidad argentina desde ese entonces.
Mientras pienso en esto, me estoy bajando los libros de Domingo Cavallo...
Adelanto visto en eBlog.
1 comentario:
Bueno pero la culpa es exclusivamente de los fans, no de lso artistas. Pasa exactamente lo mismo que con Maradona, porque un tipo es genial en su rubro específico la mayoría pusilanime está encantada de darle autoridad en cualquier otra esfera que elk tipo se siente tentado de opinar. Yo soy un gran seguidor de Charly pero me da bastante latima que se haga hecho a si mismo todo lo que se hizo. La locura de acá es que por que el lo hizo tiene onda.
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