31 de enero de 2009

Falta poquito para Tu B'Shevat


Aprovechando que nadie está leyendo el blog, les dejo una buena noticia: se aproxima un día de fiesta...

El día 15 del mes de Shvat marca el comienzo del 'Año Nuevo' para los árboles.
La Torah dice que la fruta de los árboles que se cultivan en la tierra de Israel no puede ser consumida durante los tres primeros años, el cuarto año la fruta es para D-os, y recién después de eso, la fruta puede aprovecharse.
Bueno, en el fondo no importa mucho el año en que que el árbol fue plantado, y si empezás a contar tenés que hacer de cuenta que cada árbol tiene un año de edad para Tu B'Shvat.
En Tu B'Shvat se plantan árboles.
Porque los árboles nos enseñan que debemos prepararnos para el futuro, y que debemos asegurar que las próximas generaciones puedan hacer lo mismo.
El florecimiento de los almendros -casi siempre la segunda luna llena antes de la Pascua- coincide con Tu Bishvat.
Y entonces comeremos algarrobas, pasas, almendras, granadas y otros frutos.
David Ben Gurion supo decir alguna vez: 'De todos los benditos actos de este país, no sé si hay una empresa más fructífera, cuyos resultados sean tan útiles, como la plantación de árboles, que añaden belleza al paisaje, mejoran el clima y propician la salud de sus habitantes'.


Bueno, el día 15 del mes de Shavat no es un día cualquiera.
En esa fecha, en 1918 se puso la piedra fundacional de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en 1925 se estableció el Technion de Haifa, y en 1949 el Knesset de Israel.
El día 15 del mes de Shvat se festeja la unión indisoluble y eterna del pueblo judío con Eretz Israel.

Y se toman -una tras otra- cuatro copas de vino:

1) vino blanco, para evocar el símbolo de la naturaleza durmiente.
2) vino blanco más una pequeña cantidad de tinto, para despertar a la naturaleza.
3) vino tinto más una pequeña cantidad de blanco, para resolver el conflicto entre las lluvias y los días de sol.
4) vino tinto, para homenajear el esplendor del verano y el sol.

Y después de las cuatro copas, si no estás inconsciente, podés comer algunas frutas...
¡glup!


Bueno, después de enterarme de este suceso atroz, necesitaba pensar en algo lindo.

2 comentarios:

La Dueña dijo...

Que linda tradición!
cariños

PD: y salud!

Rāḥēl Reznik dijo...

Algún día -Dueña- nos tomaremos juntas esas cuatro copas!