La Constitución Nacional -entre otras cosas- establece competencias.
Protegiendo a los ciudadanos y evitando que alguien detente la suma del poder público.
Los super-poderes y las bochornosas delegaciones del Parlamento en favor del Ejecutivo violan descaradamente estos principios.
Y la excusa de los que argumentan que una 'comisión' -que nunca se constituirá, obvio- controlará y revisará lo actuado es demasiado ruin como para prestarle atención.
Estos instrumentos totalitarios -contra los que tanto despotricaba la botóxica infame e hipócrita cuando era 'opositora' en la época de Menem- son en principo nulos, pero vaya que se aplican.
Algunos dicen que sin su auxilio este país no se podría gobernar.
De ser cierta esa teoría absurda, la Argentina entonces debería disolverse.
Porque sería mucho más honesto dejar sin efecto la confederación y volver a las autonomías provinciales.
Porque con ellos el país se transforma en una gigantesca estancia, y el gobierno en su capataz.
Pero no les bastaron los super-poderes, sino que luego de potenciarlos y perfeccionarlos al nivel máximo imaginable, fueron delegados otra vez, pero al cónyuge.
Bueno, si los argentinos y argentinas creen que eso es democracia... es que están muy enfermos.
Nótese que no he dicho nada aún de la necesaria e imprescindible independencia del Poder Judicial, hoy inexistente.
Porque todo sucede cuando la Corte Suprema de Justicia alegremente solo se preocupa en si hay que despenalizar a los adictos, o en cómo cuidar los derechos humanos de los criminales, siendo que la líder de la oposición presentó una fenomenal denuncia contra Kirchner por asociación ilícita, que merecería un poco de atención por parte de los supremos.
En simultáneo, la descerebrada infame intenta sin éxito vender calefones y heladeras -que no existen- enloqueciéndonos con sus Bolufrases.
En ese contexto, que los agricultores les hallan arrojado huevos y bosta a los hermanitos Rossi parece que está mal.
Y me pregunto si realmente está mal, o si no será que se quedaron cortos.
Desde mi perspectiva, la salida electoral sin una reforma profunda del sistema político, con listas sábanas, clientelismo, compra de votos, manejo arbitrario de las pautas y demás fraudes, suena infantil.
No tengo dudas que el kirchnerismo alguna vez perderá las elecciones.
Y me pregunto cuando pierdan si la nueva administración respetará los principios establecidos por los fundadores, hoy pisoteados, o mantendrá hipócritamente su violación y ultraje.
No quiero ser amarga, pero creo que la agonía en esa tierra de promisión será larga y penosa, y que los devastadores efectos de la crisis mundial -que arruinará aún más su maltrecha economía- será un caldo de cultivo para horrendos extremismos.
El problema parece ser que no hay diálogo, pero lo que no hay es democracia.
De hecho, ese problema no se soluciona dialogando.
2 comentarios:
Al final los que se terminaron ensuciando con ese huevazo fueron los productores, aun los que no tomaron parte de ese escrache.
No se ensuciaron Marcos, a menos que compres la operación de prensa de spolzKy...
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