Un verdadero gabinete paralelo se oculta detrás de la formalidad de ministros sin poder. Un elenco que integran hombres como Ricardo Echegaray, Guillermo Moreno, Ricardo Jaime, Amado Bodou y tantos otros que reportan directamente a Olivos, decide la política económica, la distribución de miles de millones, los castigos y los premios, junto a un par de elegidos por su obediencia ciega, como Julio de Vido y Carlos Fernández.
Esquema de control y disciplina que acaba de sumar a su vocero, Alfredo Scocimarro, en el estratégico manejo de la pauta oficial.
La política es simple pero tiene su eficacia: conservar el manejo directo del dinero, de los beneficios y castigos que dispone el Estado, a través de funcionarios que no respetan jerarquías –salvo la última y única-, ni le temen a las consecuencias legales de aquello que se les pide, ni al cuestionamiento público, y sobre todo, que casi no hablan.
Subordinación y valor.
Con eso alcanza.
La Licuadora
Bueno, gracias a The Baroness Thatcher se fueron los militares.
Hoy espero que la crisis mundial, y sus efectos, liquiden a esta yunta de crápulas infames.
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