16 de febrero de 2009

Me hirve la sangre, me hirve...



Las palabras de Cristina Kirchner asombrada por la pobreza que descubrió en su reciente viaje a Tartagal me hacen pensar en un alcohólico que se sorprende al descubrir el estado de su hígado.

Esta hija de la casta política que lleva casi 30 años gobernando el país relata como ajenas a su responsabilidad las causas de la miseria que se encuentra instalada en el país.

El grado de tilinguería mental que denota este tipo de expresiones me hace pensar en los personajes del gran clásico del cine nacional: Esperando la Carroza.

Casualmente me entero por aquí de que próximamente se va a estrenar la segunda parte.

¡Qué casualidad! Las dos partes de esta obra que retrata tan bien el pensamiento del medio pelo argentino se han rodado en épocas en las que gobernó la política progre y digna de Alfonsín y los Kirchner.

1 comentario:

Martín Benegas dijo...

Luis Brandoni es un ser de mucha peor calaña que el personaje que interpretó en esa película.