Pero hoy tengo ganas de hablar de la supuesta contradicción entre la religión y la ciencia, asunto que a muchos parece entusiasmarlos en exceso.
Porque la cosmovisión judía del creacionismo fue sin duda el cimiento principal de la civilización occidental, sin desmerecer por cierto a los muchos, imprescindibles y valiosísimos aportes posteriores.
Es más, la participación del judaísmo en los avances de la ciencia fue -y son- tantos y tan ricos que hasta puedo darme el lujo de no pormenorizarlos, y si alguien imagina que menosprecio a la ciencia lamento decirle que se equivoca, y mucho.
De hecho, el famoso 'Bing Bang' -המפץ הגדול- es la ratificación del Principio, del Bereshit -בראשית-.
Y la radiación de fondo -קרינת הרקע הקוסמית- no es más que el eco de la Creación.
'Que sea la luz' y sucedió una explosión de luz...
Bueno, no quiero hablar de los fundamentos que explican la existencia y la naturaleza de las ondas electromagnéticas en el primer libro del Tanaj, porque estoy segura que no me creerán y se burlarán de mí.
Sólo diré hoy -en el día que las mujeres orgullosamente encendemos Zachor y Shamor- que el núcleo del judaísmo está en lo que se conoce como el 'Génesis'.
Una traducción más profunda del mismo puede leerse aquí, pero lo menciono no porque me guste linkear a mi insignificante blog, sino porque lo puse ahí por su extensión, nada más.
El problema del tiempo es un argumento frecuentemente utilizado por quienes ven contradicciones donde no las hay.
Según la tradición judía, el Génesis del mundo aconteció en el 3761 a.E.C, y en consecuencia el año 2009 es el hebreo 5769.
No hablaré aquí del calendario lunisolar y de los años embolismales y esas cosas, porque me dispersaré.
Lo cierto es que desde el punto de vista científico el famoso 'Big Bang' -המפץ הגדול- sucedió hace aproximadamente unos 15.000 millones de años, que es la edad del universo conocido, y creo que la cifra es correcta.
Pero entre 15.000 millones y casi 6.000 la diferencia es demasiado grande para hacerme la distraída.
Aunque 6.000 también es la cifra correcta.
Porque la cosmovisión judía del creacionismo fue sin duda el cimiento principal de la civilización occidental, sin desmerecer por cierto a los muchos, imprescindibles y valiosísimos aportes posteriores.
Es más, la participación del judaísmo en los avances de la ciencia fue -y son- tantos y tan ricos que hasta puedo darme el lujo de no pormenorizarlos, y si alguien imagina que menosprecio a la ciencia lamento decirle que se equivoca, y mucho.
De hecho, el famoso 'Bing Bang' -המפץ הגדול- es la ratificación del Principio, del Bereshit -בראשית-.
Y la radiación de fondo -קרינת הרקע הקוסמית- no es más que el eco de la Creación.
'Que sea la luz' y sucedió una explosión de luz...
Bueno, no quiero hablar de los fundamentos que explican la existencia y la naturaleza de las ondas electromagnéticas en el primer libro del Tanaj, porque estoy segura que no me creerán y se burlarán de mí.
Sólo diré hoy -en el día que las mujeres orgullosamente encendemos Zachor y Shamor- que el núcleo del judaísmo está en lo que se conoce como el 'Génesis'.
Una traducción más profunda del mismo puede leerse aquí, pero lo menciono no porque me guste linkear a mi insignificante blog, sino porque lo puse ahí por su extensión, nada más.
El problema del tiempo es un argumento frecuentemente utilizado por quienes ven contradicciones donde no las hay.
Según la tradición judía, el Génesis del mundo aconteció en el 3761 a.E.C, y en consecuencia el año 2009 es el hebreo 5769.
No hablaré aquí del calendario lunisolar y de los años embolismales y esas cosas, porque me dispersaré.
Lo cierto es que desde el punto de vista científico el famoso 'Big Bang' -המפץ הגדול- sucedió hace aproximadamente unos 15.000 millones de años, que es la edad del universo conocido, y creo que la cifra es correcta.
Pero entre 15.000 millones y casi 6.000 la diferencia es demasiado grande para hacerme la distraída.
Aunque 6.000 también es la cifra correcta.
¿Cómo es posible?
Tengamos presente cuando Elohim dijo:
'Haremos Adán, el Hombre universal reflejo de nuestra imagen, siguiendo las leyes de nuestra acción asemejadora', y creó su existencia potencial, y habiendo formado la substancia de Adán de la sublimación de las partes más sutiles del Elemento adánico, infundió en su entendimiento una esencia emanada de la Vida y desde entonces Adán, el Hombre universal volvióse una imagen del Alma viviente universal. Inmediatamente, trazó un cerco orgánico en la esfera de la sensibilidad temporal, extracto de la prioridad universal de los tiempos, y en él situó a Adán que él había formado para la eternidad'.
El Midrash afirma que Elohim creó al hombre ya desarrollado, con un cuerpo de unos 20 años.
Bueno, esa es una estimación, pero no hubiera tenido sentido crear al humano como un recién nacido vulnerable, ni como un viejo decrépito, sino que lo más lógico fue hacerlo en su plenitud.
No es mi intención discutir aquí la edad de Adán cuando fue creado, y tomo lo de los 20 años como cierto, a los fines de poder terminar mi idea.
Si una comisión de científicos se hubiera hecho presente al minuto de la creación de Adán, sin ninguna dificultad hubiese probado que el primer hombre tenía 20 años de viejo.
Quiere decir que siendo que en realidad su edad era de 1 minuto, la ciencia hubiera determinado y probado que tenía exactamente 10.512.000.000 minutos de viejo.
¡Vaya diferencia!
Puedo extender los ejemplos, porque cuando Elohim creó los árboles del Edén - עדן- los creó añosos, y cualquier botánico que hubiera estado ahí al minuto de su creación sin duda hubiese probado categóricamente -contando sus anillos- que ya tenían cientos de años... y no creo que sea necesario que calcule el error.
Bueno, hay al menos dos formas de medir el tiempo, pero ambas son correctas.
La cosmovisión creacionista demanda distintas maneras de medir esa variable humana.
La relatividad del tiempo descubierta por Einstein, la comprensión de que el tiempo puede transcurrir o ser medido de formas muy disímiles, nos ayuda a nuestro limitado entendimiento del fenómeno Bereshit... porque nos auxilia un poquito para que podamos al menos admitir el hecho de que los distintos tiempos no se excluyen ni se contradicen.
Somos libres, y podemos elegir entre sentirnos seres creados por Elohim con un propósito especial, o insólitos privilegiados descendientes de algún primate, en virtud de extraordinarias y sospechosamente favorables mutaciones.
Pero el evolucionismo no me quita el sueño, solamente no lo comparto y nada más.
...
Tengamos presente cuando Elohim dijo:
'Haremos Adán, el Hombre universal reflejo de nuestra imagen, siguiendo las leyes de nuestra acción asemejadora', y creó su existencia potencial, y habiendo formado la substancia de Adán de la sublimación de las partes más sutiles del Elemento adánico, infundió en su entendimiento una esencia emanada de la Vida y desde entonces Adán, el Hombre universal volvióse una imagen del Alma viviente universal. Inmediatamente, trazó un cerco orgánico en la esfera de la sensibilidad temporal, extracto de la prioridad universal de los tiempos, y en él situó a Adán que él había formado para la eternidad'.
El Midrash afirma que Elohim creó al hombre ya desarrollado, con un cuerpo de unos 20 años.
Bueno, esa es una estimación, pero no hubiera tenido sentido crear al humano como un recién nacido vulnerable, ni como un viejo decrépito, sino que lo más lógico fue hacerlo en su plenitud.
No es mi intención discutir aquí la edad de Adán cuando fue creado, y tomo lo de los 20 años como cierto, a los fines de poder terminar mi idea.
Si una comisión de científicos se hubiera hecho presente al minuto de la creación de Adán, sin ninguna dificultad hubiese probado que el primer hombre tenía 20 años de viejo.
Quiere decir que siendo que en realidad su edad era de 1 minuto, la ciencia hubiera determinado y probado que tenía exactamente 10.512.000.000 minutos de viejo.
¡Vaya diferencia!
Puedo extender los ejemplos, porque cuando Elohim creó los árboles del Edén - עדן- los creó añosos, y cualquier botánico que hubiera estado ahí al minuto de su creación sin duda hubiese probado categóricamente -contando sus anillos- que ya tenían cientos de años... y no creo que sea necesario que calcule el error.
Bueno, hay al menos dos formas de medir el tiempo, pero ambas son correctas.
La cosmovisión creacionista demanda distintas maneras de medir esa variable humana.
La relatividad del tiempo descubierta por Einstein, la comprensión de que el tiempo puede transcurrir o ser medido de formas muy disímiles, nos ayuda a nuestro limitado entendimiento del fenómeno Bereshit... porque nos auxilia un poquito para que podamos al menos admitir el hecho de que los distintos tiempos no se excluyen ni se contradicen.
Somos libres, y podemos elegir entre sentirnos seres creados por Elohim con un propósito especial, o insólitos privilegiados descendientes de algún primate, en virtud de extraordinarias y sospechosamente favorables mutaciones.
Pero el evolucionismo no me quita el sueño, solamente no lo comparto y nada más.
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Bueno, aquí comenté -hace un tiempo- sobre el Shabbāt:
La primera mención del Shabbāt se conecta con la caída del maná (Ex 16,22,ss) pero ya era algo conocido por el pueblo. La legislación sólo dio fuerza a una costumbre pre-existente. Pero si buceamos en su origen todo se pondrá muy confuso. Los egipcios desconocían la semana de siete días terminando con un día de descanso.
Algunos dicen que el Shabbāt tiene un origen babilónico.
Hay una tabla cuneiforme que nos habla del shabattu como el equivalente a 'nunh libbi', o sea el 'día de apaciguamiento del corazón de los dioses'. Parece ser que en esos días el rey, el mago y el médico debían abstenerse de realizar ciertos actos, que no mencionaré porque sería más que abusar. Era -de alguna manera- como un equivalente al Shabbāt. Por otra parte, Caldea era la patria de los hebreos.
Pero esos eran días de penitencia, no de júbilo. De hecho, el Shabbāt no deriva de la fiesta de la luna llena de los babilonios, así que todo el asunto -como siempre- se pierde en la noche de los tiempos.
...
En Shabbāt Elohim dejó de crear, y puso en marcha el reloj humano.
En la Torah están insinuados muchos secretos del mundo que la ciencia aún no ha descubierto, porque la Verdad Divina parece estar desordenada, y no puede descubrirse si no se la estudia con devoción.
...
Y si debatimos sobre Astronomía -soy nada más que una aficionada pero es un tema que me encanta- y citamos a Kepler, creo que deberíamos leer primero su obra 'Misterium Cosmographicum', donde el sabio celebró con extraordinaria humildad la existencia, la sabiduría y la elegancia de D-os.
La primera mención del Shabbāt se conecta con la caída del maná (Ex 16,22,ss) pero ya era algo conocido por el pueblo. La legislación sólo dio fuerza a una costumbre pre-existente. Pero si buceamos en su origen todo se pondrá muy confuso. Los egipcios desconocían la semana de siete días terminando con un día de descanso.
Algunos dicen que el Shabbāt tiene un origen babilónico.
Hay una tabla cuneiforme que nos habla del shabattu como el equivalente a 'nunh libbi', o sea el 'día de apaciguamiento del corazón de los dioses'. Parece ser que en esos días el rey, el mago y el médico debían abstenerse de realizar ciertos actos, que no mencionaré porque sería más que abusar. Era -de alguna manera- como un equivalente al Shabbāt. Por otra parte, Caldea era la patria de los hebreos.
Pero esos eran días de penitencia, no de júbilo. De hecho, el Shabbāt no deriva de la fiesta de la luna llena de los babilonios, así que todo el asunto -como siempre- se pierde en la noche de los tiempos.
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En Shabbāt Elohim dejó de crear, y puso en marcha el reloj humano.
En la Torah están insinuados muchos secretos del mundo que la ciencia aún no ha descubierto, porque la Verdad Divina parece estar desordenada, y no puede descubrirse si no se la estudia con devoción.
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Y si debatimos sobre Astronomía -soy nada más que una aficionada pero es un tema que me encanta- y citamos a Kepler, creo que deberíamos leer primero su obra 'Misterium Cosmographicum', donde el sabio celebró con extraordinaria humildad la existencia, la sabiduría y la elegancia de D-os.
10 comentarios:
Me gustó el post, me encantó.
Yo creo que la Creación es una metáfora (hermosa) de la historia natural, Para mi. No encuentro contradicción entre la espiritual y ciencia porque no me la planteo.
Raquel,
Imprimí (para leerlas) a las versiones del Génesis que ponés en Coscorrones.
Te pido ayuda ¿Por qué tienen 10 capítulos si la cristiana tiene 50?
No puedo responder a eso, me parece.
La traducción que puse en Coscorrones es la más exacta que se puede concebir hoy, en base a lo que podemos rescatar de los Textos más antiguos, aplicando la gramática más rigurosa a la que yo puedo tener acceso.
Sé que hay otras más perfectas, pero aún no se me permite leerlas.
Por correo te contaré más.
Las versiones cristianas poco o nada tienen que ver con los originales.
...
No tiene nada que ver, pero como tengo ganas te cuento que te aprecio mucho.
Gracias, Raquel, yo también te aprecio mucho y es un placer leer tus posts.
Despues de lo que comentamos ayer tengo ganas de retomar mis lecturas de Kabbalah (tengo tres o cuatro libros que me habían recomendado) lo que pasa es que siempre hay otras cosas menos arduas para leer y termino postergandolo para más adelante.
Raquel me gustaría preguntarte algo: Según tus conocimientos y criterio ¿en que medida consideras tu que conserva y mantiene el mensaje original el hecho de hacer las traducciones mas prístinas posibles, de unos textos que son producto de la reescritura y rescate de memoria efectuada por Esdras el escribiente judío, luego que todos los textos originales antiguos se perdieran y/o fueran destruidos cuando el exilio babilónico?
¿Todo se perdió?
No lo creo.
Raquel: excelente post. Yo pienso que Dios creó al mundo, y en varios posts propios y comentarios expuse mi punto de vista.
Como en alguno de los interminables debates sobre la religión dije que no conocía algunos textos que integran la Torah, pero no pertenecen al cristianismo, mis expresiones pueden haberte molestado. Nada más lejos de mi intención.
En cuanto al pretendido conflicto entre la religión y la ciencia, entre la creación y la evolución, los que niegan dogmáticamente la creación en realidad no hacen sino una profesión de fe agnóstica, de signo contrario a la de la religión que rechazan, y basada en la confianza ciega en que el azar, por improbable que sea, es una hipótesis mejor que un designio inteligente (¿por qué admitir la evolución tiene que significar que esté guiada exclusivamente por un increíble azar, tan difícil a la luz del cálculo de las probabilidades como que un mono tecleando escriba un libro?).
¿'Algunos textos que integran la Torah, pero no pertenecen al cristianismo...'?
Querido amigo, no existe eso.
No polemizaré, Raquel. Son más las cosas que comparto con vos, que las que disiento.
Gran parte de lo que nosotros llamamos el Antiguo Testamento -te guste o no, es mi religión- pertenece a la tradición hebraica y en ese sentido los judíos son nuestros padres en la fe. Pero no puede asegurar con la certeza que vos tienes, que todos los textos de la Torah -que no conozco, como al parecer vos sí conoces del cristianismo- pertenecen a este últmo. Aunque más no sea por razones históricas, Jesús es cronológicamente posterior a los profetas, y el cristianismo empieza con Cristo. Lo anterior a él es muy valioso, pero no es propiamente cristiano.
De todos modos, no quiero discutir contigo. Aprecio tus posiciones y el énfasis con que las defiendes; ambos creemos en Dios, que es también tu D-os.
En la misa dominical, se cantan los salmos de David -que pertenece a lo que nosotros llamamos el Antigo Testamento- y las lecturas incluyen el Libro del Génesis, del Exodo y otros de la tradición veterotestamentaria, que forman parte de un acervo común con los libros sagrados hebreos.
Si de todos modos para vos son más importantes las diferencias y las puntualizaciones, lo lamento.
Saludos, y seguiré leyendo con interés tus posts.
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