Encuesta Tonta: reflexiones

Los resultados de mi encuesta tonta parecen ser concluyentes.
Y la abrumadora mayoría de quienes votaron -les agradezco mucho- coincide en que existe una relación entre el estilo de vida y el SIDA.
Bueno, todo el mundo sabe que hay distintas circunstancias y que el origen del contagio es variado.
Los casos de los que adquieren la enfermedad por una transfusión de sangre son terribles.
Leí por ahí que existe algo así como una 'ventana inmunológica' que hace que los análisis de sangre resulten negativos falsos, así que transfundirse hoy por hoy es un riesgo total.
Los casos de los niños que se contagian de la madre son hechos sumamente desgraciados, y afectan generalmente -¿cuándo no?- a los sectores de menores recursos y/o bajo nivel cultural.
El drama de las mujeres violadas es sinceramente aberrante, y reafirma mi idea que la violación debería ser castigada con la pena de muerte, digan lo que digan.
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Los drogadictos que se infectan con las jeringas pueden después transmitir la enfermedad por el mismo mecanismo, o al tener relaciones sexuales.
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A pesar de todas las medidas los epidemiólogos predicen que en un futuro cercano el 50% de los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres terminarán siendo seropositivos.
Los epidemiólogos estiman que al menos un 35% de todos los homosexuales varones de veinte años serán seropositivos, o habrán muerto de SIDA antes de cumplir los 30.
La incidencia del SIDA entre los homosexuales varones es unas 430 veces mayor que entre el conjunto de la población heterosexual.
Y uno de cada dos homosexuales varones portadores del SIDA desconoce su infección.
No creo necesario recordar que los travestis son hombres, y que los hombres que tienen relaciones con ellos también son -aunque no les guste admitirlo- homosexuales.
Bueno, la homosexualidad masculina no es 'un modo de vida alternativo', sino la resultante de haber perdido irremediablemente un formidable mecanismo de defensa comúnmente conocido como 'el asco'.
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La castidad, la monogamia y la fidelidad garantizan el 'sexo seguro'.
Todo lo demás es falso.
Tanto para los homo o los héterosexuales la promiscuidad es un altísimo factor de riesgo.
La mayoría de las estadísticas revela que el preservativo funciona (para evitar el contagio) como máximo en un 70%, así que las campañas no dejan de ser un fraude y un gran negocio para algunos.
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Muchas enfermedades que se transmiten por la basura, por la falta de higiene -como el cólera, el tifus o tantas otras- se combaten exigiendo y propiciando cambios de conducta, y nadie se molesta por eso.
Pero cuando se habla de SIDA hay cosas que parece que no se pueden decir, porque todo el mundo se pone susceptible.
Regalarle jeringas descartables a los drogadictos o repartir masivamente preservativos creo que empeoran la situación, y son medidas de una eficacia muy dudosa, con las que además se corre el riesgo real de estimular y propiciar lo que se quiere combatir.
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Lo último que se me ocurre decir es que las lesbianas están mucho menos expuestas al SIDA, pero no absolutamente libres de riesgo.
Posiblemente lo que ahí sucede es que la 'invisibilidad' también abarca a sus dolencias.
No lo sé.