15 de marzo de 2009

Harina chubutense


Probablemente sean pocos los que le han prestado atención al escudo de la provincia de Chubut, que tiene como motivo central una espiga de trigo. ¿Trigo en Chubut? ¿Tan lejos de la pampa húmeda, de lo que fue el corazón triguero del mundo?

El porqué de esa heráldica es muy interesante y muestra hasta que punto la intervención del estado puede arruinar a la iniciativa privada.

No voy a contar acá la aventura de la colonización galesa, desde el viaje del Mimosa hasta acá, pero si hay atender a que en la zona ya para fines del 1880 y cuando en Santa Fe, Córdoba y norte de Buenos Aires la agricultura venía lentamente ganandole terreno a la ganadería (y a los indios) en pleno valle del río Chubut los colonos galeses venían cosechando un trigo de excelente calidad. Tanta, que según dicen por allá, le mereció un reconocimiento en la Exposición Universal de París, en 1889. Un folletito que traje de la zona cuenta que la muestra premiada había sido producida por un tal Benjamín Brunt.

En 1915, en el valle superior, a 35 km de Trelew, se fundó Dolavon. Aprovechando que el pueblito quedó enseguida vinculado por tren, y que había energía hidráulica de sobra, en el lugar se establecieron enseguida dos molinos harineros. Para esta época el trigo patagónico no solo se empleaba para el consumo nacional sino que se llegaron a exportar 8.000 toneladas.

Pero claro. Para la década del 30 el Estado Nacional comenzó a intervenir en el mercado del cereal y harinas, y fijó subsidios para la industria molinera recién establecida en "el norte".

La producción de harina chubutense poco pudo hacer contra los volúmenes que se molían en Buenos Aires y Rosario, y fue languideciendo para extinguirse a final de los años 40.

Si no me creen, en Dolavon todavía se puede visitar uno de los molinos. Una joyita del patrimonio histórico -industrial de la Patagonia, y un recordatorio de cómo en este país  la firma de un funcionario puede reventar la mejor de las intenciones de un grupo de pioneros.

6 comentarios:

Klaus Pieslinger dijo...

Excelente nota y deprimente testimonio.

Unknown dijo...

Muy buen informe,solamente un dato,El Estado Nacional,no recuerdo de que año, promulgo una ley de que la harina tenia que ser transportada unicamente envasadas en bolsas de yute,que en esa epoca se importaban de la India,y ¿adivinen quien era el unico autorizado a importarlas?,acerto Molino Rio de la Plata,obvio que los galeses nunca pudieron competir
con tantas trabas puestas por los distintos Gobiernos Nacionales.

SW.357 dijo...

Por estos posts me hice seguidor de Blog Bis

marisa lopez dijo...

que barbaro, ni idea tenia

Coco Salgan dijo...

La informacion es incompleta si no se detalla cual fue el resultado estrategico de la promocion en el norte.
Sospecho que a largo plazo se beneficio a muchisimas mas personas en el norte que las perjudicadas en el sur, donde ademas seguramente se enfrentaban a unos limites de produccion naturales inexpugnables en esas epocas como los impuestos por las condiciones climaticas, de suelo, de riego, etc, sin contan otros factores sociales o infraestructurales.
Efectivamente son las duras desiciones que se deben tomar en politica.

Por otro lado, si fue solo para beneficiar a determinado molino eso no es una falla conceptual del accionar del estado sino un simple negociado que deberia dirimirse en la justicia

BlogBis dijo...

Coco, tu razonamiento es paupérrimo. Según el mismo para que Molinos Minetti, por ejemplo, tuviera posibilidades de sobrevivir tenía que desaparecer la industria harinera de Dolavon?
A ver, no es que las medidas del Estado ayudaron a consolidar a la industria molinera en la pampa, sino que ahogaron a la del sur, que hubiera podido abastecer una porción del mercado (tal vez el de "cercanías") si la intervención de papá estado no la hubiera ahogado.

En tu esquema, planteas la creación de riqueza como un absurdo de suma cero.