Anticonceptivos antediluvianos

Bueno, los hombres de la generación que precedió a lo que conocemos como el Diluvio tenían una costumbre bastante peculiar.
Los varones de entonces elegían a dos mujeres: una para disfrutar y otra para tener descendencia.
A la del disfrute el hombre la hacía estéril -dándole de beber hierbas anticonceptivas- y la obligaba a vivir arreglada como si fuera una novia.
De hecho, por estar siempre dispuesta gozaba de importantes privilegios.
A la de la reproducción -un mal necesario- el marido la despreciaba por considerarla repugnante, y prácticamente vivía como una viuda.
Hay muchas referencias cruzadas en Tənax, y en este momento recuerdo la de Iyob [24:21] 'A la mujer estéril que no paría, afligió; Y a la viuda nunca hizo bien'.
El sistema, obviamente, tenía sus fallas.
Porque a veces la mujer que no tenía que parir... lo hacía.
El caso de las esposas de Lémej fue paradigmático.
[Les recuerdo que la genealogía nos cuenta que después del episodio con Hebel, Kain conoció a su mujer y ella tuvo a Enoj, y de Enoj nació Irad, de Irad Mejuyael, y de Mejuyael Metushael, el padre de Lémej]
Bueno, la cuestión es que Lémej tomó para sí dos mujeres: Adah y Tzil-lá.
Adah fue la que tenía que parir los hijos, y de ahí su nombre, que viene de 'sudah' que quiere decir apartada.
Y Tzil-lá, o sea 'la que estaba a su sombra', fue la elegida para la satisfacción, la preferida.
Y vuelvo al tema del error del método, porque Tzil-lá pese a los esfuerzos anticonceptivos de Lémej, se embarazó y tuvo a Tuval-kayin.
Como creo que ya conté una vez esa historia, sólo diré resumidamente que Lémej mató (creyendo que era un animal de caza) a Kain, y también sin querer al pobre Tuval-kayin.
El episodio es narrado detalladamente, y se sabe que Lémej era ciego y que Tuval-Kayin (su hijo) lo guiaba. Como Tuval-kayin le dice a Lémej que había visto un animal, Lémej lanzó la flecha contra el propio Kain, matándolo. 

Y cuando éste advierte el error, se turba y golpea sus manos una contra la otra, sin advertir que entre ellas estaba la cabeza de Tuval-kayin...
Como quiera que sea, los mató a los dos.
Bueno, al enterarse del desgraciado episodio, tanto Adah como Tzil-la se apartaron de Lémej.
De ahí viene la exclamación de Lémej: 'mujeres, escuchen mi voz!'
El eufemismo indica que lo único que quería Lémej era calmarlas, para poder seguir teniendo sexo con ellas.
Pero las esposas de Lémej no eran tontas, porque al saber que la muerte de Kain significaba el fin de su descendencia no querían tener más hijos, para ahorrarse inútiles sufrimientos.
Cuando Lémej se quejó ante Adam que sus mujeres no querían tener relaciones con él por lo que había sucedido, Adam las reprendió.
Pero Adah y Tzil-lá le contestaron a Adam que él había hecho lo mismo con Java, a quien no tocaba desde hacía más de cien años por considerarla culpable de su desobediencia.
Bueno, todo ésto fue un motivo de reflexión para el bueno de Adam, que entonces se acercó de nuevo a Java.
Así fué como Java dió a luz a Seth.
En fin, toda esta historia tiene su origen en el el asesinato de Hebel.
Sin entrar en muchos detalles, porque me dispersaré, quiero decir nada más que por la forma en que está escrito, en el imaginario colectivo al crimen de Kain se lo representa como un acto instantáneo, y no creo que haya sido así exactamente.
Porque si nos fijamos bien... la traducción usual es incorrecta.
Es muy probable que Kain haya necesitado infligirle muchas heridas a Hebel para lograr su muerte.
Y lo que se conoce como 'La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra' en realidad es 'Las sangres de tu hermano'... en plural, así que Hebel tuvo una lenta agonía.
Bueno, Lémej procreó la séptima generación de Kain, y fue el que -sin querer- lo mató.
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Esta historia sucedió en las tierras que eran consideradas un refugio para los homicidas.
Y tenemos que leer Parasha Vaetjanán [41:43] para darnos cuenta qué significa eso, porque coinciden con las ciudades-refugio que supo designar Moshe: 'Entonces Moshé (Moisés) separó tres ciudades en la orilla del Jordán, hacia el sol saliente, para que el asesino huya allí, aquel que hubiere matado a su prójimo sin saber, pero que no era su enemigo desde ayer y desde anteayer, entonces él huirá a una de estas ciudades y vivirá: Betzer en el desierto, en la tierra de la planicie, del reubenita; Ramot, en el Gilad, del gadita; y Golán en Bashán, del menashita.
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Bueno, Kain y Hebel discutieron por polleras.
Muchos creen que por la primera Java [un complejo motivo midráshico de la parte femenina de la primera criatura, diferente a la 'Java' tradicional] pero para mí lo más probable fue que se tratase de sus hermanas.
Después de todo en esa época todas las mujeres parían un varón y una hembra por vez, para que el niño pudiera hacer pareja con la niña del siguiente.
Algun día -con más tiempo- explicaré en detalle esa curiosa regla, y por qué el esquema enseguida se complicó.
Kain, entonces, debía casarse con la hermana melliza de Hebel, pero no quería hacerlo porque estaba enamorado de su propia hermana.
Pero su gemela había sido designada a Hebel...
Lo cierto es que cuando Hebel creyendo que seguro iba a ganar en la contienda hizo su ofrenda, por algun motivo que desconocemos el Espíritu de Di-s descendió complacido.
Bueno, Hebel por prudencia debió entonces haberse ocultado, porque manteniéndose ahí sabía que corría peligro de muerte.
Pero su soberbia pudo más, y no lo hizo.
Y el amor de Kain por su hermana pudo más, y lo mató.
...
La infusión anticonceptiva de entonces se preparaba con ruda, salvia y ajenjo.
Pero también había otro anticonceptivo 'de emergencia', que se hacía con algo de savia de Silphium, el interior de la piel de una granada y un poco de jengibre. La mezcla se maceraba en vino y se dejaba secar a la sombra hasta que adquiriera una consistencia gomosa, para así poder confeccionar una especie de óvulo que la mujer se introducía en la vagina.