La administración de Obama -a través de su enviado especial en Oriente Medio, George Mitchell- ha lanzado lo que parece ser una agresiva campaña destinada a presionar al nuevo Gobierno de Israel a que acepte la solución de dos Estados.
Pero voceros de los dos partidos palestinos han dicho que sólo un milagro podría llevar a un acuerdo entre ellos mismos.
La brecha entre ambos sigue siendo tan amplia como siempre, señalaron, añadiendo que ya los egipcios están considerando la cancelación de planes de acogida a la otra ronda de conversaciones de reconciliación que se celebrará en El Cairo a finales de abril.
Por ahora, parece que los palestinos -y el resto del mundo- tendrán que vivir con el hecho de que la división entre Cisjordania y la Franja de Gaza no es un fenómeno pasajero o temporal.
Si la administración de Obama habla en serio de la promoción de la solución de dos Estados, debe centrar sus esfuerzos primero en ayudar a los palestinos a resolver la controversia entre la gestión estatal de Fatah en la Ribera Occidental y la entidad controlada por Hamas en la Franja de Gaza.
Las divisiones entre los palestinos, así como la omisión de establecer las instituciones adecuadas y dignas de crédito, son el principal obstáculo para la realización de la solución de dos Estados.
Menos de la mitad de Cisjordania está controlada por la corrupta facción Fatah, que parece haber perdido gran parte de su credibilidad entre los palestinos debido a su incapacidad de reformarse a sí misma a raíz de su derrota a Hamas en enero de 2006 cuando las elecciones parlamentarias.
La Franja de Gaza, por otra parte, está totalmente controlada por el movimiento islámico radical que, a través de su ideología extremista, ha causado estragos a la mayoría de los palestinos que viven allí.
La administración de Obama se equivoca si piensa que la lucha de poder entre estos dos grupos es una lucha entre buenos y malos.
Se trata de un enfrentamiento entre malos y malos, ya que [ambas facciones árabes] no están luchando por la promoción de la democracia o el fortalecimiento de la economía, sino sobre el dinero y el poder.
De hecho, los palestinos ya tienen dos entidades políticas independientes, una en la Cisjordania y la otra en la Franja de Gaza.
Estas entidades rivales, controladas por Fatah y Hamas respectivamente, están actuando en la práctica como dos países diferentes.
Repetidos intentos por parte de Egipto y Arabia Saudita -en los últimos meses- para persuadir a las dos partes para poner fin a sus diferencias y formar un gobierno de unidad palestino, no han logrado nada.
Netanyahu y Lieberman no tienen por qué preocuparse por aceptar la solución de dos Estados, porque Fatah y Hamas no parecen estar marchando hacia el logro de las aspiraciones nacionales de su pueblo.
Jerusalem Post
Lamento tener que decirlo, pero Obama está mintiendo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario