2 de abril de 2009

El Canal Público y su homenaje interesado a Alfonsín


El que durante el gobierno del finado charlatán era tan solo uno de los "canales públicos", como le gusta llamar ahora al canal 7 a la basura gobernante, está pasando, ya varias veces durante este día, un discurso en el que el entonces presidente de la nación, fuera de protocolo, salió a responder el discurso que el entonces presidente de la Sociedad Rural Argentina Guillermo Alchourron había pronunciado con fuertes reclamos al gobierno en la inauguración de la exposición rural de 1988, en lo que fueron los últimos estertores de la debacle alfonsinista.

Fuera de sí, vociferando como desesperado para intentar callar los gritos de "mentiroso" que espetaba la tribuna, trataba de defender lo indefendible. Hay que reconocer que el gallego tenía cojones, pero escuchando sus palabras se reconoce inmediatamente la ignorancia, el prejuicio, el resentimiento, la tara ideológica que caracterizó a sus 5 años y medio de mandato. Por lo menos Alfonsín era honesto.

Pero estos alcahuetes kirchneristas que dirigen el canal oficialista están utilizando la carne del muerto antes que se empiece pudrir, pretenden aprovechar la popularidad póstuma del caudillo para poner a los compungidos deudos contra el campo.

Por suerte la ex ATC tiene menos rating que los lectores del Página 12.

3 comentarios:

Carlos dijo...

La torpeza del kakismo es legendaria. Nadie mira canal 7.

Victor dijo...

Alfonsín muerto "mide bien", tiene buena imagen. Es patético como el régimen se trata de colgar de finado. Las últimas apariciones de Néstor compungido están para el Oscar.

Hablando de ese episodio en Palermo, ayer comentaba el mismo Alchourron que cuando terminaron los discursos, él mismo quiso justificarse con Alfonsin pero éste le dijo que no se preocupara, que estaba cumpliendo cada uno con su función. Comentaba que mientras continuaban los discurso y el acto, se la pasó contándole chistes de gallegos.

Francisco D'Anconia dijo...

El video lo vi también en Canal 26. Es detestable que usen su muerte para ganar apoyo contra el campo.