25 de abril de 2009

Rúaj


De cara al público se muestra de una manera, pero cuando pasa frente al príncipe se transforma y cambia su rostro, para enseguida volver a mirar a los espectadores tal cual es.
Con la misma rapidez con que cambia de rol, su expresión y su actitud inmediatamente son otras, pero eso es casi imperceptible.
Frente al público es Odile, pero frente al príncipe es Odette, todo al mismo tiempo.
Bueno, para entonces Sigfrido ya está ciego de amor, y aún viéndola vestida de negro seguirá pensando que esa mujer es el Cisne Blanco que vino al palacio para casarse con él...
¿Doble personalidad?
¿Humanidad?
Los grandes dilemas humanos se expresan magistralmente y con una sensibilidad exquisita en estas magníficas obras de arte, que inundan nuestros sentidos con tanta belleza y que crean una realidad fantástica e intangible donde 'la imagen y la semejanza' siempre están presentes.
Porque los humanos no somos más que 'tselem', quiero decir la representación visual de una abstracción.
El Rabino Moshe Ben Maimon -Guía de los Perplejos- supo diferenciar los conceptos: tsélem [forma] y demut [semejanza], de tóar [aspecto] y tavnit [configuración].
Tóar y tavnit expresan la figura material, mientras que tsélem y demut la forma intangible.
Təˈnax, al indicar que tsélem y demut lo definen, establece que no es posible elevarse a Di-s por medio de la materia [tóar y tavnit], pero sí por medio del espíritu [tsélem y demut].

Y creó Di-s al hombre a su imagen, a imagen de Di-s lo creó, varón y hembra los creó.
Vayivra Elohim et-ha'adam betsalmo betselem Elohim bara oto zajar unekevah bara otam.


Bueno, lo que expresa Odile y Odette es -חַור- rúaj, el espíritu, el viento, el aliento, el principio de vida que anima a los seres humanos, y entenderlo nos permite escuchar una y otra vez el sonido -el verbo de Di-s- con que fue creado el mundo.

1 comentario:

Sine Metu dijo...

voy a tener que leer mañana esto con más detenimiento