19 de abril de 2009

Un pueblo, una nación

Hijo mío, pon atención a mi sabiduría, y a mi entendimiento inclina tu oído; para que guardes la sana iniciativa, y tus labios conserven el conocimiento.
Los labios de la mujer extraña gotean miel, y su paladar es más suave que el aceite; pero su fin es amargo como el ajenjo, agudo como una espada de dos filos.
Sus pies descienden a la muerte; sus pasos se precipitan al She'ôl.
No considera el camino de la vida; sus sendas son inestables, y ella no se da cuenta.

Míshlê Shlomoh (Proverbios)

El sacerdote tomará agua sagrada dentro de una vasija de barro y el sacerdote tomará un poco de la tierra que hay en el suelo del Tabernáculo y la colocará en el agua.
El sacerdote hará que la mujer se pare ante El Eterno y descubrirá la cabeza de la mujer, y sobre sus palmas (de ella) colocará la ofrenda vegetal de recordación, es una ofrenda vegetal de celos, y en la mano del sacerdote estarán las aguas amargas que causan maldición.
El sacerdote la hará jurar y le dirá a la mujer: 'Si un hombre no ha yacido contigo y no te has descarriado mancillándote con alguien que no es tu marido, entonces serás inocente de estas aguas amargas que causan maldición'.
'Pero si te has descarriado con otro hombre que no es tu marido y te has mancillado, y un hombre que no es tu marido ha yacido contigo', el sacerdote hará jurar a la mujer con el juramento de la maldición, y le dirá a la mujer: 'Que El Eterno te pronuncie como maldición y como juramento en medio de tu pueblo, cuando El Eterno haga que tu muslo -yârêk- se desplome y tu estómago se distienda'.
'Estas aguas que causan maldición entrarán en tus entrañas para hacer que el estómago se distienda y el muslo -yârêk- se desplome'.
Y la mujer responderá: Amén, amén.
El sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro y las borrará con las aguas amargas.
Dará de beber a la mujer de las aguas amargas que causan maldición; las aguas de maldición entrarán en ella y se volverán amargas.
El sacerdote tomará la ofrenda vegetal de celos de la mano de la mujer; agitará la ofrenda vegetal ante El Eterno, y la ofrecerá sobre el Altar.
El sacerdote tomará un puñado de la ofrenda vegetal de recordación y la quemará en el Altar tras lo cual hará que la mujer beba el agua.
Hará que ella beba el agua, y ocurrirá que si ella se mancilló y traicionó a su marido, las aguas que causan maldición entrarán en ella para amargura y su estómago se distenderá, y su muslo -yârêk- se desplomará, y la mujer se transformará en una maldición en medio de su pueblo.
Pero si la mujer no se mancilló y es pura, entonces se demostrará que es pura y dará simiente.
Ésta es la ley de los celos, cuando una mujer se descarriare con otro hombre que no es su marido y se impurificare; o del hombre sobre el que pasa un espíritu de celos y advierte a su mujer, y hace que su mujer se pare ante El Eterno; entonces el sacerdote realizará para ella toda esta ley.
El hombre será inocente de iniquidad, mas la mujer cargará con su iniquidad.

Parasha Nasó (Tənax) acerca de 'el muslo de la madre'.
Talmud (Hulin 58ª).


Bueno -si no me equivoco- el aborto estuvo prohibido en Israel hasta 1977, por una especie de continuación de las normativas británicas (Delitos contra las personas, Ley 1861, prisión de 7 a 14 años).
Desde el 31 de enero de 1977 -pese a la oposición del Rabinato- la Knéset dictó una normativa que permitió el aborto condicionado al consentimiento de la madre, a que le cause [a la madre] daño físico o psicológico, a que la criatura en gestación tenga malformaciones, a que el embarazo sea el resultado de una violación, o que el embarazo provenga de una relación incestuosa o adúltera.
La ley también contempló situaciones como la edad (menos de 16 o más de 40).
El permiso para las mujeres que vivían en situación de penuria económica se suprimió en 1979.
Es fundamental el consentimiento escrito de la mujer embarazada, y contar con la aprobación de un comité compuesto por dos médicos y un trabajador social (uno de los tres debe ser mujer) pero en la mayoría de los casos esa autorización es automática.
Es obvio que todo esto se contradice con la Halakhá desde un punto de vista doctrinario, y sigue un criterio comunitario independiente.
Muchas alegan que Halakhá viene del verbo 'halaj', que significa 'ir' o 'andar', y con eso intentan justificarse.
A un 98 % -aproximadamente- de las mujeres que solicitan el permiso para un aborto legal se les concede la autorización.
Y aunque las tasas de aborto entre las mujeres de menos de 20 y de más de 35 son mucho menores en Israel que en la mayoría de países europeos, esta estadística no tiene en cuenta los abortos ilegales, que obvio son más frecuentes que los legales.
Pero sí están contabilizados en esa encuesta los que se realizaron utilizando la píldora, que son aproximadamente un 25% del total.
Cuando se produjo una afluencia masiva de las mujeres inmigrantes de la ex Unión Soviética, los abortos aumentaron mucho en Israel.
...
Bueno, yo no estoy de acuerdo con el aborto, porque según la Mishná el aborto sólo estaría permitido -eventualmente- cuando la vida de la madre está en real peligro.
Pero debo reconocer que la tensión entre la religión y el estado es permanente en Israel, y que mi voto vale solamente 1.
...
En realidad no quería hablar del aborto, porque ya toqué ese tema muchas veces y más de una vez dije lo que tenía que decir.
Las asociaciones entre las amarguras surgieron intentando reconstruir mis rústicas Reflexiones, (un virus estropeó los archivos y tuve que empezar de nuevo) al comparar -a mi manera- mārôr y hărōset, quiero decir la hierba amarga que simboliza las penurias que padecieron nuestros antepasados en Mitzraim -Egipto- y el dulce con se suele untar el maror.
Lo cierto es que nunca hay que ponerle demasiado, porque el sabor amargo siempre debe persistir.
...

Itzjak suplicó ante Elohim frente a su mujer, pues ella era estéril.
Elohim aceptó su plegaria y su mujer Rivka concibió.
Los hijos reñían en sus entrañas y ella se preguntó: 'De ser así, ¿por qué me sucede esto?'.
Y fue a interrogar a Elohim.
Y Elohim le dijo: 'Dos pueblos hay en tu vientre; dos naciones de tus entrañas se separarán; el poder pasará de una nación a otra y la mayor servirá a la menor'.
Cuando se cumplieron los días de su preñez, he aquí que había gemelos en su vientre.

Parasha Toldot (Tənax)

...

Bueno, si las mujeres embarazadas -aunque sea por un instante- pensaran que en su panza están criando un pueblo -o incluso una nación- no abortarían nunca.

1 comentario:

Rāḥēl Reznik dijo...

Aprovechando que no hay comentarios, confesaré que -a pesar de mis plegarias- hasta ahora me calza justo el refrán 'God gives bread to those who have no teeth'.