El debate pre elecciones en Argentina se materializa en un programa cómico en el que actores ridiculizan a distintos políticos, incluídos la pareja presidencial.
Mientras tanto el Congreso Nacional se mantiene paralizado porque sus integrantes están dedicados a la campaña.
Me pregunto cuánto podrá durar la felicidad que provoque ver a los Kirchner fuera del poder. ¿Una semana?
No seguirá todo igual cuando ellos no estén. Pero nos daremos cuenta de que el mal sigue instalado en el país y no se habrá erradicado.
El mal no está en dos personas, está instalado en la política en general. Los Kirchner destruyeron mucho, pero los llamados representantes del pueblo se quedaron de brazos cruzados o, peor aún, consintieron los desastres cometidos.
Lo único bueno de una huída K será que esos dos ya no servirán como excusa para no ver la realidad.
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