13 de mayo de 2009

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Vamos a suponer que el mundo está muerto de sed, pero que yo descubro la fórmula de un refresco riquísimo.
Y que me pongo a fabricarlo y a venderlo, y que pasado un tiempo tengo mucho éxito por la calidad de mi producto.
Y que -obviamente- enseguida aparece la competencia, que me imita y vende algo similar más barato.
Bueno, cuando siento que estoy bien posicionada en el mercado decido -para vender más- bonificar a los comercios que admitan la exclusividad.
Quiero decir que si una confitería o un bar aceptan -voluntariamente- la condición de vender únicamente mi marca, a ellos les haré un precio especial.
Pero -obvio- si también venden los de la competencia no podrán gozar de ese descuento especial.
Habrá -posiblemente- muchos comercios que aceptarán mi oferta.
Pero muchos otros no, porque preferirán perder el descuento ante la ventaja de ofrecer las otras opciones y así satisfacer mejor a sus clientes.
Bueno, hasta ahí todo parece perfecto, en el sentido del libre juego de la oferta y la demanda, dentro de las decisiones empresariales válidas y naturales que existieron y existirán siempre.
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¿Acaso el matrimonio no es algo parecido?
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Pero si en vez de Raquel mi nombre fuera Intel, y en vez de un refresco riquísimo mi invento fuera un microprocesador de óptima calidad... me multarán por más de € mil millones. .
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4 comentarios:

Payaso Loco dijo...

a esta narración habría que agregarle que porque fuiste el primero en inventar la bebida y tuviste mucho éxito conseguiste una estructura muy fuerte y una posición dominante en el mercado que por más que la competencia salga con imitaciones más baratas, al vos tener una mejor estructura de costos que los otros (la experiencia que te da ser el primero)y al usar la marca que supiste implementar podés darte el lujo de exigirle exclusividad a tus clientes y de esa manera alejar a la competencia.
La economía de escala es una de las razones por las cuales el libre mercado nunca va a ser completamente competitivo, si es el mercado mejor que el estado es otra discución.
slds

Rāḥēl Reznik dijo...

Bueno para mí, la economía de escala es -por lejos- el mejor ejemplo de competitividad que puede existir.

Massa dijo...

Es un tema complicado y no lo tengo muy pensado. Instintivamente coincido, como libertario, pero el problema es que si uno sigue la linea de accion pasa lo siguiente:
- Intel convence a un porcentaje importante de retailers a solo vender Intel.
- Los competidores, por no llegar a masa critica, se van cayendo uno a uno.
- Intel va ocupando esos lugares.
- Por ultimo, cuando no quedan mas, Intel hace lo que quiere, como nuevo monopolio.

Entonces, no es proteccionismo, es evitar la generacion de monopolios en el mediano/largo plazo. Y con esto estoy de acuerdo. Vos?

Las empresas no son angelitos: Coca solo saco la Light sin sacarina en Argentina 3 meses despues que llego la Pepsi Light; antes, nos la tomabamos con sacarina. Y esta bien. Pero si le dejas a Coca sacar a Pepsi del mercado por contratos con retailers, lo que sigue es un descontrol de precios al ser monopolio.

Alguien piensa parecido, o totalmente distinto?

Saludos!

Gustavo R dijo...

Si la competencia lograra hacer algo innovador, que ofrezca una ventaja cualitativa importante, o producir lo mismo a menor precio, el mercado se encargará de poner las cosas en su lugar. Yo como consumidor lo exigiría, no pagaría con un producto de calidad inferior o más caro.

Ford tuvo el monopolio y la posición de mercado dominante hasta que no lo tuvo más. Miren como están las cosas ahora.

AMD viene de fracaso en fracaso desde hace años, siempre desde atrás, hace tiempo que perdio el tren, y ahora parece que van a ser premiados con un golpe a su competencia.

No me gusta el mensaje subyacente.