16 de mayo de 2009

Monumento al fracaso


Desapercibido para muchos, dificilmente listado como atracción turística, acá a  a metros de mi casa, un gigantesco altorrelieve en un murallón que bloquea un antiguo túnel dferroviario  recuerda el sitio en el que se embarcó el primer lote de trigo argentino. 
El monumento es una obra nada menos que de Lucio Fontana
En el muelle  frente a ese túnel, se embarcaron el 12 de abril de  1878 4.500 toneladas de trigo, procedente de la entonces Colonia Candelaria -hoy Casilda- una de los cientos asentamientos rurales que con el laburo de miles de inmigrantes dieron vuelta como una media la realidad del hasta entonces despoblado paisaje santafesino, construyendo efectivamente lo que Halperín Donghi tan precisamente rotuló como una Nación para el desierto argentino. 
Me gustaría saber quién va a ser el encargado de proyectar el monumento cuando se produzca la primera importación de trigo, que va a marcar la espantosa circularidad en la que estamos metidos, que promete volvernos colectivamente a aquella barbarie sarmientina previa a la explosión agrícola. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No se quien será, pero seguro el monumento será de personajes coloridos de ojos saltones y facciones toscas en poses de contorsion epileptica como los que se usan para graficar las venas abiertas de America Latina, terminales de bondi varias y otras majaderías por el estílo. De alguna manera explicará que el cultivo es una imposicion imperialista para esclavizarnos y llevarse nuestras riquezas, por lo que dejar de producir es en realidad regresar a estados de libertad originaria.
Fa, casi que me lo creo y todo.

Klaus Pieslinger dijo...

Muy gráfica tu descripción Max. El hombre nuevo del proletariado es definitivamente protocubista. Autorretratos de demencia colectivista.

Martín Benegas dijo...

Agentina potencia...

Andy dijo...

¿¿¿¿Y que esperaban de setentistas revisionistas enamorados de Rosas y de los caudillos????

BlogBis dijo...

Andy por lo menos en este rincón no esperábamos otra cosa. Es apenas una confirmación de la tragica circularidad argenta.