17 de junio de 2009

Bolivariana Inmobiliaria


Que el precio del suelo urbano sea diferente en función de su ubicación es un fenómeno tan viejo como las ciudades mismas.
Mas lejos del centro, mas transporte, menos servicios, menos precio.
Zona mas alta, mejores vistas, mayor precio.
Contaminación, inseguridad, falta de servicios, menor precio.
Acá y en la China.

Ah, menos en Venezuela, donde el Socialismo del Siglo XXI va a "terminar con esa discriminación por zona".

Aguante Chávez y el Kakismo, hasta que 60 metros cuadrados en Cabin 9 valgan lo mismo que esos metros en Puerto Madero! Y de paso aguante la unidad latinoamericana, para que también valga lo mismo el metro en Punta del Este.

4 comentarios:

Rāḥēl Reznik dijo...

¿Cómo la hacen?
¿Abaratando las más caras o encareciendo las más baratas?

Klaus Pieslinger dijo...

1. Abaratan las más caras.
2. Se las compran los miembros de la nomenklatura.
3. Al reducir la oferta en el segmento alto, la demanda se distribuye en cascada sobre la oferta restante.
4. Construyen viviendas tipo económico financiadas con impuestos excesivos, esto hace que el costo real de las más baratas se encarezca indirectamente.

Hegeliano dijo...

No es tan complicado, agarran un barrio caro y anulan los permisos y lo siembran con viviendas populares y listo, todos para abajo.

El enmascarado) dijo...

En Caracas hay otro fenómeno geográfico que determina el valor de la tierra. Hay cerros que son de piedra y no sufren deslaves por las torrenciales lluvias de la estación húmeda y hay otros que son de tierra y en los que, cada año, se produce un deslave que derrumba casas y muere gente.

Lo notable es que más de uno de estos cerros está frente o al lado de otro que es de piedra. En el más sólido hay grandes edificios de departamentos, algunos de lujo y otros de clase media normal, y en los de tierra existen barrios de casas precarias que, típico de país petrolero y tropical, están construídas de ladrillo o de cemento (sin cimientos) y tienen luz eléctrica.

El barrio más cajetilla de Caracas se llama El Country (el cóntri, en venezolano) y tiene unas mansiones dignas del San Isidro de hace 30 años. El problema es que está rodeado por tres cerros de tierra donde viven cientos de miles de personas en viviendas precarias y sólo los separa un riacho miserable y una alambrada de 5 metros de altura.

Muchos argentinos siempre pensamos que algún día los morochos de los cerros se los iban a morfar a los del cóntri. Temo que ese tiempo ya ha llegado. Lo mismo ocurre en otros barrios como Valle Arriba, con Prados del Este, Cumbres de Curumo, La Lagunita, etc.

¡Pobre Venezuela en las manos de esta bestia y sus secuaces!