Son émulos de un Fidel Castro que logró, con la ayuda de unos cuantos letrados comunistas, traducir al lenguaje de los primates el gran descubrimiento de Lenin: la pobreza te lleva al poder, la pobreza extrema y generalizada te mantiene en el poder.
La fórmula que defienden llegó a parecer infalible: la pobreza como justificación.
La democracia utilizada para llegar al poder.
...
El gobierno como arma para minar esa democracia, destruirla y, eventualmente, perpetuarse.
Todo eso aderezado con tres o cuatro medidas populistas, discursos mesiánicos, dinero del petróleo venezolano, informaciones del espionaje castrista, amenazas terroristas, y una impunidad internacional garantizada por esos colegas del Primer Mundo, que no paran de repetir la consigna de marras: los terceros no merecen, perdón, no están aptos, para algo tan complejo e incompleto como la mal llamada democracia occidental.
Con esa mezcla la victoria parecía garantizada.
...
Un fenómeno inesperado, sin embargo, podría romperle el paso doble a esa estrategia: los militares latinoamericanos empiezan a mostrar una decencia y un respeto por la democracia que, hasta hace unos años, parecía cosa de ciencia ficción en este continente.
Penúltimos Días
6 de julio de 2009
The fish is bad
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
Excelente el post, y espectacular la foto del jóven Zelaya disfrazado de Pablo Escobar Gaviria
Falta que diga "Say hello to my little friend"
Yo no entiendo cómo hay mujeres que se enamoran de cosas así.
Publicar un comentario