17 de julio de 2009

Travesuras en Shabbāt



Bueno, música, danza y jardín son términos que tienen una vinculación etimológica y emocional muy fuerte.
Es que la música y la danza viven juntas en nuestro interior elevando nuestras conexiones y vibraciones, expandiendo nuestro espíritu hacia el Jardín -עדן- donde Di-s nos puso luego de habernos creado del polvo de la tierra.
Definir la danza es tan difícil como definir la vida, o la muerte.
Porque a través de la danza muchas de nosotras nos embarcamos en la búsqueda de nuestra conexión interior, expresando lo que sentimos, nuestra libertad y obviamente nuestra belleza.
La danza fue el primer lenguaje primitivo del ser humano.
La danza -que significa deseo de vida- se manifestó en un principio por movimientos espontáneos, mímicas instintivas, y luego lo hizo por gestos, movimientos y pasos más cuidados y elaborados.
Pero más que deseo de vida danzar siempre fue vivir, trascender lo cotidiano, iniciarse naturalmente en los misterios de la vida y de la muerte.
Y la historia de la danza refleja los cambios de las relaciones de los humanos con sus conocimientos del mundo.
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Bueno, para entender eso alcanza y sobra con ver danzar a un niño.
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1 comentario:

Tha Smilin' Leprechaum dijo...

Muy lindo post, Raquel.