En estos días de permanente payasada, desde el gobierno se pretende identificar su pobre paso por el poder con alguna gesta histórica intentando que un paralelismo forzado les de un poco de aire para alargarles artificialmente la vida.
El viernes le tocó el turno a Dorrego, personaje al que el revisionismo histórico de principios del siglo XX (y después sus recicladores, como Rosa primero y Pigna ahora) presenta como el adalid del federalismo frustrado, asesinado por un traidor sin juicio propio ("Espada sin cabeza")y hasta en alguna interpretación delirante, presentado como la primer víctima de un golpe militar (¿?).
Vale la pena recordar que en su breve período al frente del gobierno de Buenos Aires Dorrego intentó cargarse a Estanislao López (que ya le había sacudido el polvo a su antecesor Soler en Cañada de la Cruz), y pretendió invadir a Santa Fe para imponer su versión de la autonomía provincial.
Después de un éxito parcial en San Nicolás la cuestión se dirimió en Gamonal, donde López le propinó una paliza que disparó la firma del Tratado de Benegas, y con este una reparación pecuniaria que Buenos Aires le pagó a Santa Fe religiosamente hasta 1852, aún cuando en Buenos Aires el sátrapa de Rosas imponía su centralismo trasvestido de federación, modelo que siempre le encantó tanto a los nacionalistas de la derecha argentina como a los seudorrevolucionarios de la izquierda peronista.
2 comentarios:
Y yo que creía que Dorrego era la popu del Campo Argentino de polo...
(¿quién hubiera dicho que alguna vez el Campo Argentino de Polo iba a tener popu?)
Gamonal fue una escaramuza bastante explosiva
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