27 de septiembre de 2009

Democracia languideciente

Hoy -por tercera vez en el año- fui a votar.
Al llegar a la escuela lo primero que pensé fue que habían cambiado el lugar de votación y que tendría que salir a rastrear mi mesa. Pero no, sencillamente no había prácticamente nadie.
En el patio central de la escuela, donde funcionan tres mesas, había a lo sumo cuatro votantes.
En mi mesa, sólo el presidente de mesa y un fiscal, que incluso se prendieron a mi comentario irónico sobre la jubilosa fiesta de la democracia que estábamos viendo.
Ahora leo en La Capital que "el dato saliente de la jornada fue la baja afluencia de votantes." Escucho por radio que no llegaría al 60% del padrón.

Y eso que la prensa, especialmente la nacional- se empeñó en presentar esta votación aunque municipal, como una pulseada entre dos presidenciables.

Me parece que finalmente la Argentina vació de contenido a la democracia. La gente se dio cuenta hace rato que no logra nada con el voto. El logro es colectivo, pero esta última decepción del 28 de junio con la responsabilidad que le cabe tanto a los Kirchner como a la oposición por violar el mandato electoral es terminal.


5 comentarios:

Louis Cyphre dijo...

Yo era de los que decían “y bueno, por lo menos a Argentina le queda la democracia formal, por lo menos se sigue votando, que no es poco".

¿Y ahora?

Francisco dijo...

Aquí en Santa Fe fue llamativa, para mí, la escasísima disponibilidad de propuestas para elegir. Porque yo sigo apelando -inocentemente- a las propuestas más que a los candidatos; pero resulta que cada una de las pocas boletas disponibles es un rejunte de impresentables que, estoy seguro y tengo indicios, no tienen afinidad alguna entre ellos y con respecto a sus vertientes ideológicas, y ni siquiera se ponen de acuerdo -aún en el ejercicio del disenso- sobre la cosmovisión de la realidad local, 'junta nombres' como para que les crean.
Entrando a la mesa del cuarto oscuro me encuentro con un paisaje parecido a una elección de club de barrio; siete listas y repasando: la izquierda con las murgas de siempre, salvo que los bastoneros van al fondo de la comparsa y ponen como cabeza de lista a 'jóvenes promesas comprometidas con la lucha'; esos que durante toda la campaña fueron citando a 'Pino' cada dos palabras y condenando a Terrabusi, mientras la gente necesita saber (por lo menos) qué miercoles piensan hacer si por casualidad llegan a ocupar una banca en el Concejo.
El ARI, los radicales, los socialistas, los demócratas progresistas...todos apilados en un par de boletas; un 'dream team' que pasado mañana revienta a puteadas entre ellos; (o cuando Giustiniani le ponga la firma a la ley de medios). Del peronismo, las mismas caras de siempre...los que alguna vez se abrazaron con Cafiero, con Menem, con Duhalde, con los Kirchner, y ahora se abrazan entre ellos; balbuceando si están o no están en el 'movimiento'...
En suma, el dilema de Louis: ¿y ahora?

Pablito dijo...

El desaliento no solo proviene de la burla al mensaje de las urnas del oficialismo sino también de que la oposición tampoco entendió su mandato.

La corporación política ya ha perdido su legitimidad.

Cogito Argentum dijo...

vieron esto?

BlogBis dijo...

Gracias por el aviso, Cogito!