21 de septiembre de 2009

Entrada tonta de Rāḫēl


Bueno, la historia de mi pueblo es en gran parte una historia de nómades, porque nuestro hogar casi siempre fue el desierto.
Como en el desierto llueve de vez en cuando y en distintos lugares, teníamos que ir de aquí para allá buscando pastos y agua para el ganado.
Eso implicaba vivir una vida sencilla y en cierto sentido bastante precaria.
Y mientras los hombres se reunían para discutir lo importante, las mujeres nos juntábamos para las cosas más mundanas y tontas, como cuidar los niños, preparar la comida, arreglar la ropa o acondicionar las viviendas.
Como era imposible tener casas, estábamos obligadas a vivir en tiendas.
No me acuerdo si alguna vez les conté de ellas.
Bueno, en realidad las tiendas -zÔhel- estaban compuestas usualmente por dos habitaciones, pero se podían añadir más si era necesario y si tenías con qué, por supuesto.

Yəšaʿăyāhû 54:2 Ensancha el sitio de tu cabaña, y las cortinas de tus tiendas sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y fortifica tus estacas.

La puerta, situada en el frente, daba a la primera habitación, que era la del hombre.
Desde ese espacio se podía acceder al cuarto de las mujeres.
Regularmente dispuestos, estaban los postes que sostenían todo a través de cuerdas -mêthrêhem- que se ataban fuerte a las estacas -yithdtôth-.
La puerta de entrada tenía una cortina que colgaba, y ahí -obviamente- se sentaba el hombre controlando todo.

Parasha Vaierá 18:1 Y apareció Adonay en el valle de Mamrê, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día.
Yirməyāhū 10:20 Mi tienda es destruída, y todas mis cuerdas están rotas: mis hijos fueron sacados de mí, y perecieron: no hay ya más quien extienda mi tienda, ni quien levante mis cortinas.


Las cubiertas de las tiendas -yerî- estaban hechas de pelo de cabra, siempre negro.

Shir ha-Shirim 1:5 Morena soy, oh hijas de Yerushâlâim, más codiciable; como las cabañas de Qêdâr, como las tiendas de Shelomoh.

Ese pelo se trenzaba cuidadosamente, y adivinar quiénes éramos las que asumíamos esa dura tarea no es para nada difícil.
De día, el techo dejaba pasar levemente la luz del sol, y desde adentro se veía un resplandor de puntitos luminosos, como de noche se ven las estrellas.
Bueno, de ahí zÔhel, que aparte de tienda también significa resplandor.
Si llovía, la humedad de las primeras gotas engrosaba las fibras, y se volvía totalmente impermeable.
...



Si se fijan arriba en el sencillo planito de la tienda, enseguida se darán cuenta que el contorno se parece mucho al símbolo '' que se llama 'Bet'.
Desde ya que esa letra hoy no se utiliza así -han pasado miles de años- siendo ese dibujito -que me salió demasiado ancho- la raíz de la actual y más estilizada -ב- Beyt.
Beyt es la primer letra de la palabra -בית-'casa', y significa obviamente eso pero también se refiere a la 'casa de Di-s', porque también es la primer letra de la Torah [Bereshith] -בראשית- y está hablando del precursor del Beit HaMikdash.

Parasha Trumá: D-s le dijo a Moshé: 'Ellos Me harán un Santuario para que pueda habitar entre ellos'.

Hay otros símbolos y letras que están relacionados con las tiendas.
Ya les comenté que en la entrada colgaba una cortina.
Y 'dal' es 'colgar', la raíz de 'dalet' que quiere decir puerta, o entrada, y obvio que también 'colgar'.
Y Dalet -ד - es otra letra en hebreo, producto de la transformación del símbolo Dal -- que sería más o menos como el de Bet '' pero más chiquito, y cerradito por la cortina.
Se me ocurre contarles un poquito más.
Ya les comenté que las tiendas estaban sostenidas por cuerdas atadas a estacas que se clavaban en el suelo.

Yəšaʿăyāhû 22:23 Lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre.

Había un símbolo que representaba esas imprescindibles clavijas o estacas que tanto se utilizaban, que era -- y se llamaba Waw, y que es la raíz de una letra actual -ו- Vav, que significa asegurar o enganchar, aunque también tiene otras acciones bastante más complicadas -invertir los tiempos de los verbos- como cuando estudiamos los extraños fenómenos temporales de la Creación, pero no me dispersaré.
Porque eso me obligaría a contarles también por qué el símbolo 'Al' -- 'Cabeza de Toro' es el precursor de nuestra primera letra Aleph -א- que está formada por dos Iud -י- unidas por una Vav -ו- en diagonal, que significa 'Fuerza' y 'Poder, y les aseguro que de hacerlo el post sería larguísimo.
...
Bueno, la historia de mi pueblo está en Təˈnax, pero también está en cada letra de nuestro alfabeto.
Y también está en el símbolo precursor de cada una de ellas, perdiéndose -como acostumbro a decir- en la noche de los tiempos.
Porque cada palabra y cada letra e incluso cada símbolo arcaico, en hebreo, representan una idea completa y compleja.
Como siempre digo: 'pensamiento y acción'...
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1 comentario:

José Luis dijo...

El lenguaje es un yacimiento arqueológico. Gente antigua, costumbres antiguas nos atraviesan y hasta condicionan cada vez que, simplemente, usamos las palabras; las comunes palabras que nos ayudan a contar, a pedir, a alegrarnos, a amar, a sufrir.

Bellísimo post.

JL