19 de septiembre de 2009

Ezrat Nashim [área femenina]


Las mujeres al balcón, no vaya a ser que algún hombre encuentre ervat davar [algo inapropiado].
Lo cierto es que esto deriva de un decreto rabínico, pero no de una obligación del Təˈnax.
La interpretación que esta disposición está basada en lo que dice Devarim 23:10 es demasiado errónea como para que alegremente yo la deje pasar:

»
Cuando hubiere en ti alguno que no fuere limpio por accidente de noche, saldráse del campo, y no entrará en él.
כי תצא מחנה על איביך ונשׂמרת מכל דבר רע
kiy-thêtsê' machaneh`al-'oyebheykha venishmartâ mikkol dâbhâr râ`

Porque el significado literal del texto se refiere a una cosa bastante asquerosa que -como imagino que pocos la conocen- se las voy a contar aquí.
Bueno, la obligación de mantener el campamento [en el desierto] a salvo de cualquier impureza llegaba al extremo que si un hombre advertía que iba tener una 'polución nocturna' [baal keri] tenía que salir del mismo y terminar con eso fuera del lugar.
Parece bastante claro que eso no tiene nada que ver con la separación de los hombres y las mujeres en Bet haKenéset.
No obstante, los rabinos crearon un nuevo midrash, asegurando que sí tenía que ver, y a otra cosa mariposa.
Si leemos Devarim 31:10-12 nos damos cuenta que la obligación de congregar [haqhél] comprendía a los hombres, a las mujeres, a los niños e incluso a los forasteros.
En Nəḥemya 8:1-2 también podemos ver que la 'congregación' estaba compuesta por los hombres y las mujeres.
En Yəhûḏîṯ 4:11-12 leemos algo prácticamente similar.
Hay muchísimas más citas, pero hoy no me dispersaré, lo que no significa que no me refiera al tema en algún otro post, donde probablemente las incluya, corriendo el riesgo de hacerlo demasiado extenso, como habitualmente me pasa.
Como quiera que sea, la mejitzá no es una obligación del Təˈnax, sino una costumbre antigua, mansamente admitida por Kelal Israel.
Basándose en lo que dice Míshlê Shlomoh 1:8 'Estudia la instrucción de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre', los rabinos aseguran que las costumbres ancestrales no deben en ningún caso ser modificadas, porque hacerlo significaría una rebeldía intolerable para el Rabinato de Jerusalem.
Y eso no es correcto, porque las 'costumbres ancestrales' pueden ser modificadas si las circunstancias cambian.
Hoy, en infinidad de situaciones las mujeres estamos junto a los hombres, en la guerra, en la calle, en el trabajo, en los estudios, etc, y eso tiene que ser tenido en cuenta.
En fin, lo que quiero decir es que -aunque los rabinos en algunos tópicos no lo admitan- el mundo, gracias a Di-s, cambió.
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